Tenía que admitir que correr era algo que le encantaba, era parte de su ser el sentir el viento acariciar su cuerpo y cabello revolotear por todo su rostro. Era emocionante, por dios ella iba a tener un hijo o hija, su emnet iba a mil por hora, nunca imagino tener esta oportunidad ni siquiera cuando se caso con Abdel, por lo que estaba segura que aquello era obra de la diosa luna quien bendigo a su matrimonio de tal manera, era el mejor regalo que le podrían dar, ademas ( Claro esta ) que esto tambien implicaba estar junto a el. No podía evitar pensar como reaccionaria el hombre, si bien o mal, si le regañaria por luhar sabiendo su condicion, por que si ¡Estaba embarzada! y no lo podía creer. Una vida mas emocionante pasaba ante sus ojos, dirigiendo a la manadaq, criando a un furturo, teniendo el amor de dos seres totalmente importantes para ella, eneñar, ser amada y mimada, incluso ella misma malcriar al niño. Miles de historias pasaban por su mente, deseosas de que se volvieran real
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