Abdel ya había acabado con uno, pero se percato de que las vibraciones en el suelo, creía que iban a llegar mas, y todos estaban muy cansados como para poder seguir el ritmo de esta pelea. Maldecia interiormente por la pocqa practica, necesitaba acabar con ellos y...huir de ahí de una buena vez, estar con Apirl y y poder tener una vidqa pacifica junto a su manadaq, no era muy dificil lo que el pedia, sin embargo, temia que si ellos escapaban, los lobos mutantes podrían ir hacía la manada y destruír todo, necesitaba hablar con los otros alphas sobre eso, pdrían idear un plan rapidaqmente y acqabar con eso de una buena vez, sabía que April estaba ensima de un arbol, podía sentirla ella estaba ayudando a todos c los otros dos mientras el en campoo de batalla mataba a los que podía, pero era muy dificl batallar junto a los de otra manada, tenían una tecnica direfente a la de su manada y era dificuil coordinarse, por lo que trataba de apurarse para acqabar cqon la bestia de una buena ve
Se estaba oscureciendo, y eso era realmente malo, no podría pensar en algun plan que no sea irse de una buena vez, estaba herdio,y los otros alphas estaban igual o peor que el. Sin embargo, los que seguian luchando no eran mas ni menos que los guerreros, parecian listos para matar, y hace algunas horas llegaron mas y lograron acabar con el último, pero claramente no iba a terminar ahí, los pasos fueron lo primero que estcucharon, despues tres rabiosos llegaron identicos a los que mataron, pero mas rabisos y rapidos, todqos tenían miedo pero luchan con toda su fuerza para terminar con ello, no quería que murieran en vano o se lqastimaran de gravedaqd
Tenía que moverse lo antes posible, necesitaba salvarlo, no podía simplemente no ayudar cuando que todos estan en peligro, no era algo que ella no haria, tenía que ayudar a su gente y tambien a los de otra manada, al fin y al c cabo eran seres vivos con sentimientos y vida. Y a pesar de estar embarazada, no iba a permitir que los mataran cuando ella podría hacer algo mientras tanto...eso no lo iba a permitir, iba a ser sobre su cadaber, iba a ayudar y a ser útil en todo lo que se le proponia, no podía imaginar pensar que aguno muera y dejar a sus hijos .
Bajo el arbol, escuchando el grito histerico del castaño llamandola, abdel estaba en porblemas y ella iba a ayudarlo aún que fuera lo ultimo que haría,—¡April! Detente ¡Ahora mismo!—Gritó tratando de seguirla, pero tropezaba con el arbol y Andre lo sugetaba para que este no se caiga.—Quedate ahí y mantete a salvo y ayuda desde arriba.—Ordeno mientras se preparaba para correr, no iba a deja que el muriera mientras ella estaba ahí junto a el, no lo iba a permitir. Sacó su navaja bañada de aconitum, iba a ser rapido y letal, mas para los mutentes, quienes tenían una debilidad muy notoria en esas armas. Acelero el paso con persistencia, tenia que llegar, soloen cuastion de segundos su vida acabaria y eso no lo iba a peritir.
Abdel se encontraba en una mala posicion, el estaba debajo del lobo mientras sostenía su madigula tratando de que no pasase lo que el pensabaa que iba a suceder, No podía morderlo si no se convertiria en un perro rabioso justo como ellos eran, tenía su pie justo en el peludo abdomen del bicho, empujandolo hacía atras para que este no pudiera razguñarlo con sus dientes mientras hacía fuerza con sus manos y brazos, era una tarea muy complicada, y mientras los demas lobos (Unos tres mas) trataban de quitarlo de encima, pero era como si se hubieran olvidado de de que solo se podían matar desde la cabeza, como si de un zombie se tratace. No quería saber quien habia sido el que quitó con una fuerza extraordinaria al animal peludo y matarlo en un segundo, pero tenía la intuicion, que el olor a rosas que había en el aire se trataba de la misma persona con la que esta por tener un hijo, quien tenía un bebe en pleno desarrollo en su vientre y sin embargo estaba ahí para ayudarlo, sin temer a q
(La narración siguiente no es apto para todo púlico, escenas sangrientas y palabras fuertes) Las imagenes se repetían en su mente, los lobos descontrolados golpeando a sus parejas al no reconocerlas, el poder que la diosa luna les otorgó siendo derrochádo por unos lobos hundídos en la maldad. Con tan solo escuchar el quejido de la pelinegra, sus pequeños pelos de todo su cuerpo se pusieron de punta al saber lo que había hecho. De pequeño, su madre le contaba historias que pasaban de boca en boca a cada manada que los nómadas visitaban una vez al año trasladando historias que sus conciencias cargaban, algunas suyas y otras escuchadas de una boca externa, sin embargo, todas y cada una de ellas eran verificadas y totalmente ciertas, era lo fantástico de que ellos visitaran su manada con permiso del alpha (Claro esta) El visitante que había estado allí, contaba en una de esas noches frias que la manada tenía, donde todos se juntaban felices a pasar su tiempo juntos, como un lobo ha
-No pasó nada, no te preocupes-Aclaró dándole un bello y casto beso en los labios, siendo totalmente correspondída por el. Le dió una última mirada, prometiendo que iban a hablar de aquello mientras se giraba para ver al otro grupo. Sus pensamientos llenaron su cabeza, ella estaba embarazada, apenas si lo sabía pero era tan hermosamente increíble aquel suceso. No tenían medicos profecionales de humanos en la manada, por lo que temia que algo fallara por falta de atención medica, mientras caminaba decidia si ir a la ciudad para hacerse estudios y berificar sin magia que su bebe estaba bien, o si Abdel tenía un radar lobuno que les diria que todo estaba bien, y ni hablar del parto, eso si la asusto, pensar en que una criatura de gran cabeza saldria de ella le hacía temblar, tal vez eso se podría solucionar con una cesaria o aquellas cirugias, negaba pensar que tenía miedo de algo que faltaba para que sucediera, sin embargo no podia evitar pensar en eso, y en medio de una pelea estar dist
Corrió directamente en ayuda de los hombres lobo quienes aún seguían en combate, preparándo sus armas paraa estar lo más protegida posible de los mutantes, era una misión muy sencilla que involucraba matar a un bicho raro de solo unos dos metros de largo, con filosos dientes listos para desgarrar cualquier carne viva que le pudieran frente, unas garras de casi diez centimetros de largo, preparadas par cortar en revanadas limpiar cualuquier osa, y unos ojos totalmente blanquesinos que podían ver hasta las mas viejas particulas de polvo impregndas en tu cuerpo. Sus pies pisaban la tierra rápido como lo habían hecho ese día, sintiendo la libertad que tando deseaba, no podían decirle que no, ella estaba segura de que se iba a cuidar bien, a ella y al bebe, además sabía que su esposo la seguía desde atrás, el no iba a dejarla sola, tampoco esperaba que el hiciera eso, y contaba con que todo quedara realizado una vez que abriera la enorme cabeza del lobo. El sentimiento de anhelo se reinsta