CAPÍTULO 61. FINAL
Quince días después Karina estaba lista para asistir a la fiesta que la había invitado su suegra, ya se habían mudado a la hermosa casa y esas semanas se habían ido en escoger decorado, artefactos eléctricos y electrodomésticos, muebles, lámparas y cuanto objeto a su esposo le pareciera necesario y atractivo, sin embargo, ella se sentía feliz porque todo lo escogían juntos, Marino no hacía nada si ella no estaba con él. Se había colocado un hermoso vestido bordado bastante sencillo en color blanco, solo con un pequeño adorno de mangas, que le quedaba a la altura de las rodillas, con unas sandalias beige oscuro y su cabello suelto con una cinta blanca en la cabeza y una cartera del mismo tono de los zapatos, porque ese mismo día, su suegra la había llamado amablemente, diciendo que habí
Leer más