Después de la resaca y el llanto Sofía tomó su tarjeta y caminó directo al primer centro comercial, compró cosas para Zoe, luego compró ropa y juguetes para Zack, fue a su casa con Arturo en la ciudad y la limpió. Se entretuvo en ello hasta que decidió que era una terrible idea quedarse en esa casa, en una casa en la que eran felices, en la que empezaron a amarse, en la que se conocieron como amantes y se aceptaron como esposos. Es impresionante la manera en la que había sido amada, feliz y respetada. Al mismo tiempo era impresionante el hecho de que tanta felicidad había desaparecido con una sola persona, todo su mundo giraba alrededor de Arturo. Sofía sentía que era imposible no amar a una persona como él, comprensivo, dispuesto, amoroso y respetuoso y se lamentaba profundamente no tenerle a su lado. Lloró mirando la tina de baño, en la cua
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