Todos los capítulos de EL JOVEN SECRETO (El Joven Guardaespaldas #2): Capítulo 71 - Capítulo 75
75 chapters
Capítulo 71: "Charla bajo la ducha".
Cuando salgo al pasillo, ella ya ha desaparecido y este se encuentra completamente vacío, casi en la penumbra, con tan solo la presencia de una tenue luz que siempre dejamos encendida para evitar torpezas que teníamos de pequeños con Marco.Cayendo algo tarde quizás y agradeciendo encontrarme en uno de los pocos rincones de la casa sin cámaras de seguridad, me meto el teléfono detrás del cinturón del pantalón y bajo mi remera sobre este. Los bolsillos de unos vaqueros serían muy obvios y visibles, más con el tamaño minúsculo de los mismos en los pantalones femeninos. La temperatura fría del artefacto me estremece al tocarme la piel de la cintura, por lo que me apresuro a meterme en mi propio cuarto y sacarlo de allí.Ya encontrándome dentro, cierro la puerta con llave y dejo únicamente encendida la luz del baño, cuya puerta está abierta.
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Capítulo 72: "Antes del amanecer".
La llamada con Analía no dura mucho más. Lo último que se asegura de hacer es decirme los detalles del vuelo de Rafael, tal como la fecha exacta, la hora, aeropuerto y sección de este por el que abordará. Se irá el domingo por el mediodía y hoy ya es viernes.Ser consciente de ello me genera una ansiedad que sé con certeza que no me permitirá conciliar el sueño mucho más. Y lo peor es que ahora en plena madrugada no puedo hablarle. Duerme como un oso, tal como dijo Analía.Lamentablemente el que no duerme como un oso es mi estómago, el cual no para de producir ruidos extraños y embarazosos, retorciéndose de hambre. Con lo cual decido bajar a comer algo, esperando que la casa se haya convertido en un desierto a causa de la hora.Tras esconder el teléfono nuevamente, abro la puerta de mi cuarto y antes de que me voltee para cerrarla me topo con una sombr
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Capítulo 73: "Ping Pong".
Envío a Luisa a dormir, casi ordenándoselo, ya que, conociéndola, sé que en caso contrario no lo hará sin antes preparar algo para comer o inventarse alguna labor para hacer. Es de aquellas personas que no puede quedarse quieta y que todo el rato necesita estar realizando algo.Una vez ella sube a dormir (supuestamente), me preparo yo misma una tortilla de huevo como desayuno, aunque no haya amanecido aún, y regreso a mi cuarto.Comer en la cama ya se ha vuelto costumbre con los últimos acontecimientos y la comida me ha salido ciertamente rica para alguien que cocina poco o nada por vivir en una casa donde la misma simplemente se sirve, viniendo de la mano de gente que ha estudiado tal arte por años, volviendo sus platos prácticamente imposibles de superar.Ya he comido la mitad de mi intento de comida cuando noto que no despego la vista del teléfono de Samira, cuya pantalla cada tanto parpade
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Capítulo 74: "Contundente".
El ritmo de mi corazón ya de por sí era acelerado, pero aquella pregunta suya en tono pícaro hace que sienta que se me va a salir del pecho, a la vez que mi garganta se cierra, dejándome muda e incapaz de emitir sonido alguno.—¿Emily?Junto las fuerzas para responder, aunque aterrorizada de lo que dirá a continuación.—¿Sí?Ríe y eso me genera otra ola de estremecimientos.—Puedes venir a dejarme las llaves si quieres, como prefieras tu. Estaré en casa hasta las diez de la mañana del domingo y luego me iré al aeropuerto. Te espero una hora antes más o menos.—Bueno.¿Y ahora cómo demonios se supone que llegue ahí si mi actualidad es ser una versión bizarra de Rapunzel, pero con un pelo espantoso?—Descansa, Emily.Lo dudo mucho.—Igualmente, costillas.Leer más
Capítulo 75: "Ciegos a cuerda".
Marco hace caso, tomando asiento en la cama y evitando tener contacto visual con nuestra madre, no sé si por orgullo o incomodidad.Yo sigo de pie, cerca de la puerta transparente del balcón, aunque obviamente ya no hay nadie afuera para observar que no sean los guardias de turno. Nuestros padres habían desaparecido de nuestra vista hace menos de dos o tres minutos, que supongo que fue el tiempo que necesitó ella para subir aquí y el para…vete a saber qué.—Bien —murmura ella luego de una prolongada exhalación—. Entonces, ¿podemos hablar como gente civilizada?—Últimamente no hay ni un comportamiento civilizado en esta familia.—Quizá. Pero no me cambies de tema ahora. Yo me encargaré del conflicto entre ustedes y su padre. En dos o tres días estará olvidado.No tengo tres días, ese vuelo sale en apenas dos.
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