—Si no te apuras, vamos a llegar tarde cariño—, dijo Michael, empujando la puerta para abrirla, hizo una pausa y miró a la mujer frente a él en evaluación, —Dios mío, qué lindo toque hay cariño —, sonrió, amando lo que estaba viendo. Sasha se apartó del espejo para mirarlo, suspiró e hizo un puchero.—Solo estás diciendo eso para hacerme sentir mejor. Mírame, mis mejillas están tan gordas, ni siquiera tengo una bonita forma en este hermoso vestido mío y para empeorar las cosas, ni siquiera me permites usar tacones de aguja—. Michael se acercó a ella, le tomó las mejillas con las manos y le dio un ligero beso en los labios.—Te ves perfecta, ninguna mujer va a ser igual a ti hoy, verás.—Solo dices eso para hacer...—No, no lo estoy—, interrumpió, —eres hermosa, cariño. Además de que estás embarazada, han pasado nueve meses y todavía te ves tan sexy como siempre. No quiero que te pares sobre los talones porque no quiero que te lastimes. Hemos repasado esto antes, cariño,
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