Voy caminando a la oficina, he cambiado mi cartera por una mochila. Estoy algo nerviosa, porque sé que tengo que hablar con Juan. Al llegar al edificio donde está nuestra oficina, el conserje me saluda muy cordialmente, él es una sonrisa cada día, aunque esté lloviendo.Llamo el ascensor, al abrirse las puertas, Juan está en él.-Hola, Danna.-Hola… ¿ya no soy Pequeña? - evito mirarle directo a los ojos, los ascensores son peligrosos -.-Por supuesto, pero no sé de qué ánimo estás.-Estoy bien, este fin de semana sola me ayudó bastante, pero mi madre hizo el resto.- ¿Hablaste con ella? – está un poco nervioso -.-Sí, me dijo lo del anillo – me giro y lo veo a la cara, necesito que sepa que lo que le diré es verdad -. Lo siento tanto, no puedo creer que nos hiciera esto. Pero estaba asustada,
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