CAPÍTULO 54. LA INTRIGA
Camil me observaba con una sonrisa y allí sentí como mi alma regresaba al cuerpo, este había sido uno de los momentos más estresantes de mi vida, superado solo por la ocasión cuando fui arrastrado por la corriente y creí terminaría muriendo. Ella caminó hacia mí lanzándose en mis brazos, la recibí alzándola y besándola entretanto le decía, —Te amo mi amor, no sabes cuán grande es mi felicidad, por volver a estar juntos y esta vez para siempre. Las personas presentes en el avión se levantaron y empezaron a aplaudirnos mientras sonreían felices, sin molestarse porque hubiésemos causado un retraso en su vuelo. Mi novia, pronto esposa, comenzó a caminar sin soltarse de mí a la salida del avión, cuando estuvimos fuera de la cabina se detuvo conmigo a un lado mientras me decía. —Te amo muchísimo y por supuesto, quiero casarme contigo, quiero ser tu esposa, la mujer de tu vida
Leer más