MaraMaldita Ximena, no sabe cuánto te odio, ya tengo dos semanas trabajando en esta mansión y esa perra no se aleja de Nathan en ningún momento y para completar mi mala suerte la idiota está embarazada, tendrá otro maldito bastardo pero yo me encargare de que ese bebé no llegue a este mundo, miro la bolsita con las semillas abortiva que compré en el mercado y sonrío.—Pronto serás solo mío, —susurro mirando la foto que tengo de Nathan, acaricio su rostro—Mi amor, solo mío, —susurro sonriendo.Ximena— ¿Enserio no iremos a trabajar? —Pregunto a Nathan quien solo me abraza mientras estamos desnudo en la cama.—Así es, quiero que nos quedemos en casa durante todo el embarazo, —responde envolviendo su pierna con la mía, me giro y levanto mi rostro para ver el suyo.&m
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