"Aun así, cuanto más pienso en que no me quiere, mejor tengo que vivir. Solo quiero que sepa que estoy bien. Incluso sin él, estoy perfectamente bien", murmuró Josephine. La respuesta del dúo a una ruptura no podía ser más diferente. Josephine era de las que cargaba con el dolor, ocultándolo tras la fachada de una vida feliz. Sufriría para mantener su dignidad intacta. Angeline, sin embargo, no podía creer que Jay ya no la quería, quizás porque confiaba lo suficiente en su relación. Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa si eso significaba derribar la fachada de Jay. Sin embargo, si la profunda confianza de Angeline en la relación se rompiera, sufriría un daño mucho peor que el de Josephine. Angeline era del tipo que ama sin reservas. "No voy a renunciar a tu hermano, Josephine. No hasta mi último aliento", afirmó con determinación mientras se tumbaba en el sofá, con la mirada perdida en el techo. Incapaz de hacer cambiar de opinión a Angeline, Josephine solo pudo seguir
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