CAPÍTULO 31. CELEBRACIÓN
Son las cinco de la mañana y ya no puedo conciliar el sueño, necesito que se haga de día de una vez para poder ir y partirle la cara a mi cuñadito imbécil por hacer llorar a mi Elizabeth, es un inmaduro, no entiendo como puede dañarla y decir que la ama ¡cabrón! ¡No puedo seguir en la cama! creo que moriré infartado si no me levanto, voy a correr a ver si me d
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