Yo espero gritos, insultos, explicaciones, incluso silencio. Todo menos la sonrisa que está dividiendo su rostro.—Jason…—Un bebé —susurra él—, estás esperando un bebé Frunzo el ceño.—Sí, yo… —él me interrumpe con un beso.—Esto es perfecto ángel —musita él saltando de la cama—, era lo que faltaba en mi vida para que fuera perfectaMis ojos se llenan de lágrimas y tengo que abrazar las sabanas para no romper a llorar.Él está pensando que el bebé es suyo.—Bueno, en realidad, aun me falta algo —musita levantando su pantalón.De allí saca un pequeño estuche negro y yo siento nauseas, intuyendo lo que es.—Mi abuelo se lo dio a mi abuela cuando pidió su mano en matrimonio. Vivieron casi setenta a&nti
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