Alex, había pedido un sin número de veces un traslado a otra área, pero Mikhail les había pedido que no lo hicieran, ya que el chico tenía que estar cerca de él, por órdenes de la escuela. Mentira, fue todo lo que pensó Alex.Todavía recordaba los azotes que su trasero recibió, y deseaba matarlo. Lo miraba de lejos, y sus ganas de estrangularlo no se iban. Mikhail estaba consciente de que el chico tenía ganas de querer matarlo con cada paso que daba, por lo que optó por llevarlo a una de sus rondas en el área de pediatría, donde había niños en grados críticos.— Llevas más de una semana sin hablar conmigo, no vienes a las pasantías y ahora que estamos en una área concurrida, te pones así —dijo Mikhail, to
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