Señor, ella ya tuvo un nuevo amor
Durante el día, era su competente y delicada secretaria ejecutiva, por la noche, se transformaba en su compañera sexual. Tras tres años de mutua compañía, ella pensó que él la amaba y al proponerle matrimonio, fue recibida con sus palabras.
—¿Creías que tomaría en serio un mero intercambio de dinero por placer?
Con el corazón roto, se marchó. Desde ese momento, su vida cambió radicalmente, su carrera la proyectó y se convirtió en una abogada a quien nadie osaba desafiar en el ámbito legal, además se encontró rodeada de un sinfín de pretendientes. Él, consumido por el arrepentimiento, la presionó contra la pared, sus ojos reflejando profundo pesar.
—Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo, ¿aceptarías casarte conmigo? —Ella, luciendo una sonrisa deslumbrante, respondió.
—Lo siento, permíteme seguir mi camino, estás interrumpiendo mi buena suerte en el amor.
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