Nos separa el mar
Laura llevaba casado con Óliver cinco año, y llegaron a un acuerdo de mudarse al extrajero a vivir, pero este no paraba de decirle que quería llevarse a Nadia con ellos.
En la última vez que lo volvió a mencionar, Laura dejó el plato de comida que preparó en la mesa del comedor y le preguntó el motivo de su insistencia.
Óliver fue directo:
—Bien, pues voy a serte sincero. En realidad, Nadia ha estado viviendo en la comunidad vecina todo este tiempo. Ha estado a mi lado en estos últimos nueve años, le debo mucho, y esta vez, sí o sí, se va a venir conmigo al extranjero.
Laura no lloró ni nada, simplemente compró un boleto más para Nadia.
Óliver pensó que su esposa por fin lo estaba entendiendo y dándole el apoyo que necesitaba.
El día del vuelo, Laura los acompañó hasta que embarcaran, luego se dio la vuelta y se subió al avión que la llevaba de vuelta a casa de sus padres.