Madre soltera conquista el corazón del CEO
—¡Carajos! — gritó Damián perdiendo los estribos, y golpeando a su vez el escritorio con la palma de la mano. —¡Siéntate y escúchame! — le ordenó sulfurado.
—No soy tu perro para que me des órdenes, — replicó Aylin, usando el mismo tono que él.
Damián, que es conocido por su impaciencia y aburrimiento, respiró profundamente.
—¿De qué va ese trato? —, inquirió con cierta desconfianza. Entrecerrando los ojos, con mirada tan aguda que Damián podía notar su sospecha.
—Lo que quiero es: que finjas ser mi amante y madre de mi hijo.
¿Por qué un hombre millonario y atractivo pide a una mujer fingir ser su amante?
¿Por qué una mujer como Ailyn profesional y segura de sí misma quiere aceptar?
¿De qué es capaz una madre por defender a su hijo?
Acompáñame a descubrirlo.