La tristeza de sus ojos
Denise Arcilio
Conocer a Aiden representó un gran cambio en mi vida, tanto positivo como negativo. Antes de ser su amiga lo observaba durante las clases o en los pasillos del instituto. Él algo tenía y yo podía sentirlo. Sus ojos avellana me lo gritaban y no tardé mucho en descubrir que se trataba de su tristeza. Aiden se levantaba día tras día, trabajaba y estudiaba, mantenía a sus dos hermanos pequeños como si fueran sus hijos y luchaba por salir adelante. Pero en el proceso él iba derrumbándose. Quise ayudarlo tantas veces, quedarme a su lado, apoyarlo... pero él no me dejó. Y eso, terminó por derrumbarme a mí también.