Perdón querido ex, es tu pérdida, no la mía
Dicen que cuando amas a alguien, se lo dices. Se lo dije y nos convertimos en amantes, una pareja famoso y también socios comerciales.
Yo era la verdadera Cenicienta que había atrapado a su príncipe azul.
Fuimos felices por dos años hasta que al final me desperté gracias a la cruda realidad de que él nunca me amó y que solo era una sustituta de su verdadero amor.
Después de un trágico incidente, mi príncipe azul se convirtió en mi peor pesadilla.
De la noche a la mañana, me despojó de mi identidad y de todo lo que conlleva: nombre, riqueza y protección.
Me dejó sufrir humillación y dolor. Me dejó destrozada y por su culpa casi pierdo a mis preciosos hijos. Los niños de los que no merecía saber nada.
Ahora, me levanté nuevamente. Con la ayuda de mis cuatro hermanos perdidos desde hace mucho tiempo, recuperé todo lo que mi exmarido me quitó. Con un imperio detrás de mí, es hora de vengarme.
“Es hora de hacerte pagar por lo que me has hecho pasar. Y no me detendré hasta ganar”.
—Ahora bien, ¿quién lo perdió todo, mi querido ex? Sin duda no fui yo.
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