Desde que llegaste a mi vida
Max nunca vio a Ginebra como a una de esas con las que sólida tener algo. Él siempre la vio como a una amiga y al momento de su rechazo creyó que era buena idea decir que la veía como una niña, desatando así la furia de ella. Sin embargo, el destino les dará una lección cuando menos se lo esperen y están en una situación que los llevará por un buen camino.