Punto de vista de Briana

Sentí la intensidad de la mirada de Noah y apreté con más fuerza el brazo de mi hermano.

"Él está aquí", le susurré al oído de Marcus.

"Estoy contigo", susurró con seguridad.

Cuando miré en la dirección donde había visto por última vez a Noah, ya no estaba allí, lo que me hizo soltar un gran suspiro de alivio.

Empezamos a caminar. Sostuve el brazo de Marcus y él me dio unas palmaditas tranquilizadoras.

"Levanta la barbilla", ordenó Marcus, recordándome todos los años de entrenamiento en los que me embarqué para poseer ese aire de confianza propio del director ejecutivo de Hoteles Rosewood.

Al ver la entrada, sentí una sensación de anhelo.

Éste era el hotel que había conocido toda mi vida. El hotel para el que trabajé duro. Noah y yo trabajamos incansablemente durante nuestros tres años de matrimonio para hacer de Hotel Hunter uno de los mejores hoteles del mundo.

Cuando entramos llamamos la atención.

No fue una sorpresa para mí. Mis hermanos estaban