Siempre creí que nunca visitaría un cementerio, jamás quise hacerlo, por ella jamás he visitado a mis padres, no quería verlos, sentía que les había fallado de algún modo, y justo ahora estaba aquí caminando hacía la tumba de quién siempre sería el amor de vida y su hermano, quién jamás entendería, como llego a ser tan importante en mis vida.

Pero justo ahora llegue a el, estaba agachado observando la tumba de su hermana, había traído un gran ramo de Flores, eran sus favoritas, como olvidarlo.

Observé con tristeza y melancolía el nombre de Sara en aquella lápida, recordé buenos momentos y no pude evitar sonreír, como no recordarla bien, ignorando los días antes de que nos dijera adiós.

- la extraño demasiado ángel, siempre fui la alegría de la casa, de toda mí vida, no tengo muchos motivos para sonreír o estar feliz desde que no está, creo que soy lo único que queda de todo lo que eramos - dijo este sin dejar de ver la tumba, parecí