Abril Connor.A través de la videollamada con Leo, estoy llorando como una m*****a magdalena, pero ya ni siquiera es por miedo como lo hacía antes; ahora es por pura ira, una ira que solo siento al recordar todo lo que me tocó pasar.—Nena, ya no llores, me está matando verte así y no poder abrazarte —Leo me ve preocupado, y sé que se siente impotente por no poder hacer nada.—Perdón, no quería preocuparte, es solo que tú eres el único que sabe de esto, el único que logra entenderme.—Mañana tomaré el primer vuelo a Alemania —dice serio.—No, ¿cómo crees? Tú tienes cosas que hacer, está tu trabajo.—Pediré permiso, tú me necesitas, abril, eres como mi hermana pequeña, no te dejaré sola ahora.—Yo estaré bien, lo prometo, fue solo un momento de debilidad. Por poco le suelto a mis padres todo lo que pasó, y lo peor de todo es que me imagino que Bastian ya sospecha algo, solo que no quiere presionarme. Me siento una idiota —escondo mi rostro entre mis piernas.—No eres una idiota, eres la
Abril ConnorEs incontrolable los temblores y las ganas de vomitar al imaginarme a ese hombre encima mío abusando de mí. Solo quiero vomitar y salir corriendo.- Abril, nena, mírame - Bastian me mira preocupado tratando de acercarse a mí, pero yo me alejo, no quiero que me toque - Nena, cálmate, te voy a traer un té para que te calmes - Yo asiento y veo cómo él se coloca los pantalones y se va, dejándome hecha una mar de nervios. Aprovecho que se fue para colocarme la camisa de él y unos pantalones. Cuando llega Bastian, este me pasa la taza de té y veo en su mirada que está preocupado pero también está tenso.- Lo siento - le susurro sin poder mirarlo a la cara, siento tanta vergüenza que no puedo mirarlo.- Hey, nena, mírame - yo niego con la cabeza tratando de reprimir las lágrimas.- No puedo - mi voz suena entrecortada pero él toma mi rostro y lo levanta, haciendo que lo mire.- No sientas vergüenza, Abril. Tú no hiciste nada malo, solo eres una víctima, no merecías lo que te pasó
Bastián me mira de una manera algo extraña y su silencio me está matando... por favor, di algo, te lo suplico.—¿Te quedarías por mí? —al fin dice algo.—No sé qué me pasa contigo, Bastián, pero... pero me gustas. Se supone que no podía enamorarme del socio y amigo de mi padre, pero me pasó. Me muero de los celos viéndote con Karen porque yo daría todo por estar en el lugar de ella. Sé que aún me ves como una niña, y bueno, sí me llevas algunos años, pero el amor es así, nadie elige en esas cosas... solo pasa. Ahora mi pregunta es: ¿tú sientes algo por mí?—Me gustas, Abril, y todo esto es una maldita locura, pero no puedo evitar sentirme atraído por ti. Tienes una belleza tan exótica que atrae a cualquiera... me tienes loco —dijo, antes de juntar nuestros labios en un beso apasionado. Posa sus manos en mi cintura, atrayéndome más a su cuerpo, mientras yo paso mis manos por su cuello, profundizando el beso. Me levanta del suelo y camina conmigo hasta su habitación. Su ropa empieza a ca
Toda la felicidad que tenía se vino abajo al ver a Martín al lado de Bastian. No entiendo qué hace aquí, ¿a qué vino?—¿Qué haces aquí? —pregunté tajante.—Quise ver a mi hija.—¿A la hija que enviaste a muchos kilómetros de distancia porque no la supiste entender?—Abril, no quiero discutir. Quiero que me digas algo que me dejó pensativo la última vez que hablamos.—¿Qué cosa?—¿Qué te hizo tu tío? —Cuando mi padre menciona a ese infeliz, todo mi cuerpo se tensa por completo. Las manos comienzan a picarme.— Desde que te dejábamos con él, tu comportamiento empezó a cambiar.—¿Quieres saber lo que hizo ese cerdo? —Leo toma mi mano para que no pierda los estribos.— Ese cerdo abusó de mí millones de veces.Los ojos de Martín se abren a más no poder con la revelación que acabo de hacer.—Abril, ¿por qué nunca nos dijiste?—¡TRATÉ! Traté millones de veces, pero siempre estaban ocupados con sus cosas y nunca se fijaron en mí. Además, siempre que intentaba decirles, ese desgraciado me mataba
Joder, joder… ¡Nos han pillado en el acto! Bueno, casi… aún seguimos vestidos.—¿¡Qué m****a es esto!? —gruñe Bastian, claramente furioso, aunque no puede dejar de mirar a su amigo—. Nicolás, explícame.—Bastian, solo fueron unos besos —responde Nico, intentando calmar las aguas.—¡Por Dios, no me tomes por idiota, Abril! Tu amigo le estaba besando el cuello a mi amigo, y tú te lo estabas besando a él. ¿Acaso pensaban hacer un puto trío en mi casa?—Oye, hermano, tranquilo… ¿qué tiene de malo un trío? —dice Nico, evidentemente aún prendido. Y de repente, suelta lo impensable—. Abril está soltera, y Leo y yo ya hemos follado, ¿qué tiene de malo?Joder, lo dijo. Se lo dijo.—¿¡QUE TÚ QUÉ!? —grita Bastian, casi atragantándose.—Soy gay, Bastian. Nunca te lo dije porque tenía vergüenza, pero ya qué verga… ya no me importa.—Eso no me importa. Sabes que siempre serás mi hermano, Nico. Lo que sí me jode es que te estés besando con Abril.—¿Y qué tiene de malo? ¡Estoy soltera! Puedo besarme y
Está enojado… No, ¿qué digo enojado? Está cabreado, pero no sé por qué esta situación me divierte. Verlo así, tan sacado de sus casillas, me da risa… pero no puedo reírme, porque ahí sí me irá peor.—¿No vas a responder?—Es una revista con unas fotos mías —digo, tratando de restarle importancia.—¡No es una simple revista! ¡Es una revista para caballeros en donde hay fotos tuyas casi desnuda! ¿Acaso no pensaste en qué diría tu padre o la gente que lo rodea?—¡Eso es lo único que les importa a ustedes: el qué dirán! —me paro, enojada, y camino hacia él—. Déjame decirte algo: a mí eso me tiene sin cuidado. Me pueden decir zorra, perra, puta… lo que quieran, y no me va a afectar en lo absoluto. Es mi vida, es mi cuerpo, y yo veré a quién se lo enseño.Él se queda algo pasmado por lo que dije, pero luego se recupera tomándome de la cintura con fuerza, mientras me pega a la pared, quedando su cuerpo muy cerca al mío. Esto se está poniendo peligroso.—No, pequeña. Ese cuerpo me pertenece. Y
—No puedo creer que te estés acostando con el dios griego —estoy sentada con Leo en un café, contándole todo lo que pasó anoche—. Aunque te felicito, al fin le das uso a tu vagina.—¡Leo! —le doy un golpe y luego nos ponemos a reír.—¿Es bueno en la cama?—Es todo un dios en la cama —de solo pensar en todo lo que hicimos anoche, mi cara se pone roja como un tomate.—Jumm, Abril, te dejó embobada.—Me dejó bien follada, pero... ¿sabes? Hay algo que me preocupa.—¿Qué cosa?—Ayer, cuando fuimos a comer, nos encontramos con Karen y un hombre. Ellos estaban tomando, y cuando ella nos vio se puso muy nerviosa.—¿Tomando y embarazada?—Sí. Bastian estaba furioso con ella. No sé, amigo, ahí hay algo que no me gusta y necesito averiguar qué es. Siento que Karen no está siendo cien por ciento sincera con Bastian. Algo esconde.—Jumm, no lo sé, amiga, pero sabes que cuentas conmigo.—Por eso te amo —me acerco a él y dejo un beso en sus labios.—Tu hombre te matará por estar besándome.—Cuando se
mierda me duele todo el cuerpito, pero como dije valio la pena estos hombres son maravillosos pero el mejor de todos fue bastian es tan demandante que me vuelve loca, ayer fui el centro de atencion de esos tres hombres y me senti como si fuera afrodita pero ahora si me duele todo- buenos dias dormilona - bastian entra con una bandeja llena de comida y se sienta a mi lado- hola, nos quedamos dormidos en casa de nico- solo dormimos dos horas - le dedico una sonrisa - si disfrutaste ? -- si mucho y tu?- pues no te voy a negar que si me gusto pero soy tan celoso que no quiero portartirte mas espero que no me vuelvas a pedir algo asi pequeña