16. Enojos

Benjamín

Escuchar a Nícola sobre lo que le pasó me llena de rabia, ese hombre sólo la jaloneo, pero ¿y si la hubiera golpeado?, ¡AHHGG! Solo de pensarlo me hierve la sangre, ¿¡cómo es posible que existan tantos estúpidos tan mal intencionados?! ¡Esos no deberían siquiera respirar!

No he podido pegar ojo de tanto pensar, pero verla dormida entre mis brazos me ha dado calma, la conozco tanto que solo me pide abrazos cuando algo realmente la preocupa o la asusta, sé que a veces soy demasiado sobre protector por lo que omite contarme ciertas cosas.

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