Comencé a despertarme y lentamente abrí los ojos.
Un techo blanco fue lo que me recibió y estiré mi cuerpo un poco.
Volteé hacia mi derecha y me sorprendí al ver que Alexander me estaba observando.
-Me asustaste- reí, llevando mi mano derecha al pecho- No sabía que estabas despierto-
-No quería perderme el verte despertar, por fin-
- ¿Tenías miedo de que me escapara como siempre? - bromeé.
-Claro que no, no lo iba a permitir- dijo sonriendo, y se acercó más a mí -Buenos días, mi bella Anne-
-Buenos días, Jefe. ¿Cómo te sientes? -
-Mejor por suerte. - de pronto su rostro se transformó -Y ahora sí, voy a ocuparme de ese maldito que quiso matarme- masculló.
Mi corazón se detuvo.
- ¿Planeas vengarte? -
-Claro, intentó asesinarme- respondi&
POV AlexanderHabía intentado no pensar en lo que me había dicho ésta tarde Anne, respecto a mi hermana y mi mejor amigo. Pero era imposible...En realidad, nunca había notado que ellos se llevaban bien. Quizá solo era una confusión.Tres golpes en la puerta hicieron que me distraiga de mis pensamientos.-Adelante- hablé con claridad.-Permiso Jefe- era Martin. Todo mi cuerpo se puso en alerta.- ¿Sucede algo? -Se lo veía tenso, muy nervioso y sin saber qué decir. Mierda. Quizá Anne tenía razón...-Necesito hablar contigo...--Te escucho- respondí serio, cruzándome de brazos.-No sé bien por dónde comenzar, pero... Quiero aclararte que nunca planeé que las cosas sucedieran así - cada músculo de mi cuerpo estaba tenso al escucharlo hablar -Sabes que eres m&aac
Habían pasado varias semanas, desde que Alexander y yo estabámos juntos.Y para ser honesta, era increíble estar al lado de alguien tan divertido y dulce.Era una persona completamente distinta a la que conocí cuando llegué aquí. Aunque tenía la certeza, de que el hombre que estaba ahora frente a mí, era el verdadero Alexander.En éste momento, nos encontrábamos en la cama, después de una maravillosa noche juntos...Ésta vez habíamos cambiado de sitio, estábamos descansando en mi cuarto.-Deja de ser tan malo con Martin- le recriminé mientras me abrazaba.-Sólo le recuerdo que si lastima a mi hermana, le voy a romper los huesos- respondió tan cerca de mi cuello, que me hacía cosquillas con el aire que salía de su boca.-Todo el día se lo recuerdas- reí y él me imitó -Voy al ba
Todo estaba mejorando de a poco, y nuestra relación, parecía crecer con fuerza.Los nuevos negocios a los que Alexander se dedicaría a partir de ahora, estaban empezando a afianzarse, y pronto, podría dedicarse totalmente a ello.Él estaba trabajando más que nunca, porque a la par, seguía con el negocio de su padre para no levantar sospechas.El principal problema, era que si se enteraban que quería salir de éste mundo, podían creer que iba a mandar al frente a muchas bandas delictivas. Por eso tenía que ser precavido e ir despacio.Por mi parte, estaba contenta porque al fin había podido ir a visitar a mis padres.No se habían creído mucho mi "nueva vida". Les había dicho que había dejado mi puesto en el hospital, para irme a trabajar al consultorio de un médico.Ellos sabían que yo amaba trabajar en la clínic
Positivo.El test había dado positivo.Estaba embarazada.Alexander y yo, íbamos a tener un bebé. Íbamos a ser padres.Por más que repetía estas similares frases en mi cabeza una y otra vez, no lograba asimilarlo.Llevé una mano a mi pecho y comencé a llorar de emoción. No sabía qué pensar, pero dentro mío me invadía una inmensa alegría al saber que una pequeña vida, producto de nuestro amor, estaba creciendo en mi vientre.Siempre supe que quería ser madre, pero...De pronto, como un balde de agua fría, recordé esa conversación con Alexander en la playa, aquella noche."No estoy preparado para tener una familia y nunca lo estaré".Esas habían sido sus palabras.Me puse pálida al instante al entender que, probablemente, iba a tener éste hijo sola.U
- ¿Quién? ¿Por qué? --No lo sé, pero sospecho que tiene algo que ver con la salida de mi hermano de éste mundo...--Por dios- instintivamente llevé mi mano a mi vientre. Ahora no solo debía cuidarme a mí misma, sino también a nuestro hijo.-Tranquila- se acercó mi amiga cuando notó mi gesto -Vamos a estar todos bien, ya verás. - y me abrazó con fuerza.En silencio, en la oscuridad y solas, las dos abrazadas, lloramos de miedo.De fondo, como si viniera de la planta baja, seguíamos escuchando disparos y gritos, pero no sabíamos qué pasaba. Eso era más desesperante aún.En mi interior le rogué a Dios que nos ayudara, y nos pusiera a salvo a todos.Pasaron unos minutos que parecieron una eternidad... Y nunca supe con exactitud cuántos. Pero poco a poco, el silencio se fue haciendo presente.
El resto del día estuvimos ayudando a ordenar y limpiar toda la casa. Los muchachos se encargaron también de reforzar la seguridad de la casa.No sabían todavía quién los había atacado, pero sospechaban de la misma persona que intentó matar a Alexander.Me estremecí cuando escuché eso.Esa noche me costó conciliar el sueño. No podía dejar de observar a mi novio, agradecer que estaba bien, pero a la vez temer por el futuro incierto.¿Cómo se tomaría el hecho de que iba a ser padre?¿Nos iban a atacar de nuevo?¿Podríamos salir de este mundo alguna vez?Entre cientos de pensamientos, por fin me dormí.Al día siguiente me desperté a las ocho y me sorprendió ver que la cama estaba vacía.Pensé que quizá, Alexander estaba desesperado por saber quié
Me dí media vuelta y abandoné la habitación sin esperar su respuesta. No quería que siguiera lastimándome con sus palabras.Si así quería que fueran las cosas, pues, así serían. Al fin y al cabo era el Jefe y daba las órdenes.Armé un bolso rápido, con unas pocas cosas que tenía en el armario. Y, sin despedirme de nadie, en cuestión de minutos, salí de la mansión. Por suerte no me crucé con nadie mientras escapaba... Aunque una parte de mí deseaba que Alexander viniera a decirme que era un chiste o que estaba arrepentido.Caminé un par de cuadras con la mochila colgando de mi hombro derecho y marqué el número de un taxi mientras lloraba. Hacía mucho calor y no había desayunado, pero ¿Qué más iba a lograr si me quedaba en esa casa? Nada, sólo aumentar mi dolor. Debía irm
POV AlexanderObservé en silencio como Anne abandonó mi despacho con furia.No dije nada, no la seguí, la dejé ir.Me senté destruído en la silla y tomé mi rostro entre las manos.Mierda, mierda, mierda.Era un hijo de puta. Uno grande.Su rostro angelical estaba arruinado gracias a mí. Le había roto el corazón.Pero el mío también lo estaba.Ya nada volvería a ser como antes, y era mi decisión final.Suspiré una vez más y su rostro con lágrimas volvió a mi mente.De pronto, una ira se apoderó de mí. Me puse de pie y comencé a romper todo lo que estaba a mi alcance.Tiré por el aire papeles, la silla y una botella de whisky que había vaciado a la mitad, antes de decirle que se fuera.Todo. Rompí todo. Rompí su a