Valeria se estaba quedando dormida cuando una enfermera regresó con los resultados. Ciertamente todas las emociones del día le estaban pasando factura. Se sentía más cansada que de costumbre y cualquier cama era la culminación de todos sus deseos. Había enviado a Noah a interesarse por su hermana pero los minutos habían hecho que el cansancio finalmente venciera. —¿Cómo se siente, señora? —Ay, por favor. No me digas así. Eso me recuerda a una viejita llena de arrugas y con los dientes postizos. Me conformo con Valeria. ¿Y ahora dígame que tengo? Ya sé que debo desayunar más. Pero hable, buena mujer, no se quede callada. —Es que a mí me enseñaron que cuando una persona habla las demás deben de guardar silencio.El sonrojo cubrió las mejillas de Valeria. Eso le pasaba cuando estaba nerviosa. Hablaba hasta por los codos. Y era algo que había aprendido a perfeccionar con el paso de los años. Un abogado no podía hablar de más en los juicios. Sería suicidio profesional. —Disculpe —admi
—Ok, vamos a calmarnos. Ninguno tiene idea de lo que estaba pasando por la mente de mi suegra. Tú —dijo Noah señalando a Valentina— acabas de pasar un susto inmenso y tú, pelirroja, no puedes alterarte. —¿Esto será así todo el tiempo? —contestó Valeria alzando las cejas— porque te recuerdo que no es ninguna enfermedad. —¿De qué hablan? —intervino Valentina sin entender nada. No sabía si eran las pastillas o el trauma, pero no atinaba a juntar una frase con otra. Sumandole las dudas que la estaban carcomiendo después de escuchar las palabras de su madre, no tenía todas las facultades. Valeria se giró a su hermana y le dedicó una leve sonrisa. Cogió sus manos y se sentó en la cama.—¿Lista para malcriar a tu sobrino o sobrina?Valentina parpadeó lentamente. Valeria se lo devolvió en respuesta. De fondo se escuchaba las palabras de David felicitando a Noah mientras le daba una palmada en la espalda.—Hombres —habló al fin dándole a su hermana un fuerte abrazo—, se creen que todo el mé
La sala se sumió en un silencio profundo cuando las cuatro mujeres entraron en la estancia. Sin embargo las expresiones de cada rostro hablaba más que las palabras. Noah y David no entendían nada. Fernando tenía una expresión de desasosiego y Bibiana, Bianca, Valeria ya no sabía como se llamaba la mujer a la que había llamado madre durante tantos años, ardía de furia. Furia cruda y pura. —¿Cómo estás, hermana? —fueron las palabras de quien Valeria suponía era su madre—. Por lo que puedo apreciar, bastante bien. No sé como puedes dormir por las noches. La conciencia no debe dejarte tranquila. Aunque imagino que en alguien sin alma como tú, eso no debe ser problema alguno.—Te hice un favor. Eres una criminal muy peligrosa. Mataste a un hombre. Mejor en un psiquiátrico que en la cárcel. O quizás no debía ser tan benévola y dejar que te hubieran puesto la inyección letal. Así estarías bajo tierra y no dando lata.—Te aplaudo —Y para confirmar Bianca hizo el gesto con las manos— ¿Quieres
La sentencia fue clara. Bibiana Martins, porque no había ningún documento que certificara que se apellidaba Cronwell fue declarada que no estaba en plenas facultades. Su condena fue pasar el resto de su vida en un instintuto de enfermos mentales, en un lugar donde no se hablara ingles y donde siempre estuviera un ojo sobre ella. Fernando Cronwell se encargaría de eso. Como de alguna otra cosilla más. No le iba a volver a hacer daño a su familia. Ni a más de mil kilómetros de distancia se iba a acercar a ellos. —Ganamos, mamá. Ganamos —dijo Valeria emocionada mientras le daba un abrazo a su madre. No iba a permitir que nadie los volviera a lastimar. Aunque por la mirada de su padre supo que élse encargaría de eso. Valentina se acercó a darle un beso en la mejilla. Ella no había podido tener ese tiempo.—Hacemos un buen equipo, pelirroja —advirtió Noah colocando un brazo encima de su mujer y dándole un beso en la cabeza— ¿Lo celebramos?—Sí, claro —respondió a la vez que no dejaba de
Valeria sonrió ante la foto que coronaba su escritorio. Su familia al completo. En la ceremonia de renovación de votos de su mamá y su papá. Ese día el amor podía respirarse en el aire tan fuerte como las flores que estaban dando el comienzo de la primavera. Había llorado con sollozos y todo. Le había echado la culpa a las hormonas. Pero no podía evitar el júbilo que corría por sus venas al ser partícipe de la felicidad de sus padres.Hacía tres meses ya de esa celebración. Siete desde que se habían vuelto a reencontrar. Desde que no habían vuelto a tener noticias de Bibiana. Jamás ninguna de las dos volvió a referirse a la hermana de su madre como su tía. No merecía ser llamada como tal. Era un error. Un gran error que pertenecía al pasado. Y ahí debía quedarse. Valeria se pasó una mano por su prominente barriga. Tratando de alguna forma de calmar la cantidad de volteretas que estaban haciendo. Fue en vano. Sus pequeños le estaban diciendo que ya era la hora de comer. Que no se ent
—Noah, me voy. No aguanto más. Tu también deberías descansar —Las palabras de Valentina se escucharon bajas. De alguna forma ese día había sido demasiado extenuante para todos—. Le encargué a las enfermeras que me notificarán cualquier cosa. Pero tenemos esperanzas. Venga, vete.Noah miró el reloj con parsimonia. Las once y media de la noche. Se extrañaba que David no hubiera ido a buscar a su cuñada. Las ojeras de Valentina resaltaban en su pálida piel y el cansancio encorvaba sus hombros.—No puedo irme. Sé que no puedo hacer nada, pero en la casa lo único que haría sería dar vueltas en la cama. No te preocupes. Tú también tienes que cuidarte. Ya no eres solo tú. —Disfruta de las sillas. Hasta mañana. Me espera un regañón al llegar a casa. Me parece que tendré que salir de licencia antes si David sigue comportándose como un energúmeno cada vez que según él, hago algo indebido.—Te digo un secreto. Todos somos así. Tenemos un miedo terrible a lo desconocido. Y aunque sabemos que ten
"Mi querida pelirroja: Recién acabo de leer el diario de tu tía. Si la tuviera delante la estrangularía por todo el daño que te hizo, pero saber que yo fui el causante de tus últimas lágrimas no es trago de muy buen gusto. Mi mayor disgusto es no haberte creído. Haber dudado de la mujer que por mucho que quise negar, amé y seguiré amando por la eternidad. Tengo que arreglar las cosas conmigo mismo. Decidir que hacer porque si de algo puedes estar segura, es que me corto un brazo antes de volver a hacerte daño. No quiero extenderme. Lo más probable es que me demore en volver o que mejor no vuela. Pero siempre contarás conmigo. Los niños y tú recibirán una manutención todos los meses. Espero que seas feliz. No dejes de mandarme fotos. Noah."En la cabeza de Valeria reinó el silencio. Dejó de escuchar las voces a su alrededor. La había dejado. No obstante una frase no dejaba de darle vueltas. "Te amaré por toda la eternidad
Meses después Valentina y ella estaban sentadas en la cubierta del barco, rodeadas de capazos de bebés. —Dios mío, por fin —dijo su hermana bebiendo de su té helado. Estaba atardeciendo y los colores pintaban el firmamento, ya no hacía tanto calor. Era agradable la brisa y en el barco se estaba muy bien. —Llevan toda la tarde que cuando no llora uno llora el otro. ¡Dios, necesitaba estas vacaciones! —Hicieron una buena inversión al comprar el yate. —Pues sí. Me encanta la vista. Si mi marido no estuviera tan bueno, le echaría el ojo al tuyo —Valentina la miró con el ceño fruncido para después soltar una carcajada. Ambas gemelas suspiraron. Era cierto que Noah y David en shorts de baño y con el torso al aire era un espectáculo por el que cualquier mujer pagaría un dineral. Estaban recorriendo el Mediterráneo. Sus padres estaban en la otra punta pescando y sus rostros estaban llenos de júbilo.—Es bueno tenerte conmigo, Ria. Y aunque quiero que seas feliz no soportaría que estés e