Ashley Freetman ─ Contigo lo soy mucho más, tengo miedo de perder esta tranquilidad y felicidad que tú me das y tengo miedo de darle permiso a mi corazón para que ame nuevamente, mencionó girando mi cuerpo para quedar frente a él y buscar mis labios, su beso no fue tan posesivo como lo hacía siempre, por el contrario, fue lento, suave, húmedo y me gustaron tanto como sus besos posesivos y pasionales.─ Sígueme contando, ─ susurré sobre sus labios, él giró nuevamente mi cuerpo pegando mi espalda a su pecho, como estaba antes y me rodeó con sus brazos, presionando mi cintura y besando mi cuello. ─ A las semanas me di cuenta que la chica que yo, amaba le gustaba otra persona... y... esa persona era prohibida para ella, porque era su cuñado. Estaba conmigo sin decidirse a ser mi novia, pero, cada día me daba más alas, se dejaba mimar, llenar de regalos y permitía que la besara. Cuando cumplí quince años, viví mi peor pesadilla con ella, o yo pensé que esa había sido la peor. Ella
Estaba asomado desde mi ventana. Ashley, en toda la noche no había abierto la suya y lo que iba de la mañana tampoco, lo había hecho. Su voz cuando hablamos por teléfono, fue la revelación de su malestar. Seguramente, estábamos igual, ambos sin pegar un ojo en toda la noche, aunque estaba seguro que su malestar, había sido mucho mayor que el mío. Su voz llorosa me lo demostró, sabía muy bien a que nos enfrentaríamos, tengo miedo de su reacción, pero no permitiría que la apartaran de mí lado, ni que ella, se apartara tampoco. Ella, me ama, me lo había dicho incontables veces y yo, me lo creí. Hasta puedo decir que lo llegué a sentir, no permitiría que por mi pasado con su madre, ella se aleje.Se lo había dejado claro a Ivanna, cuando hablamos. No sabía cuál era la excusa, que le darían después de dar la noticia. Lo único que sabía, era que no iban a ocultar que yo, era el amante de su madre; pero los detalles eran inciertos para mí, sentí un gran alivio, cuando Valerie, soltó esa
Maximiliano, apretó más su mandíbula y sus puños, pero ya la noticia era voz populi en la familia y no había necesidad de seguir escondiendo nada, aunque yo nunca lo oculté.Observé a Ivanna, con ella, ya había hablado y había dejado todo claro, faltaba Maximiliano, Samantha y Ethan; que eran los únicos a quienes había pensado desde un principio, en dar explicaciones.─ ¿Piensas que continuarás seduciendo a mi hija? ─ Preguntó Maximiliano, con rabia.─ Papá, por favor, ya te dije que Noah, nunca me ha seducido. Siempre he sido yo, la que ha estado enamorada de él, ─ mencionó Ashley, bajando la cabeza apenada. Su padre, la observó frunciendo el entrecejo.─ Y él, se aprovechó de eso, ─ murmuró Maximiliano.─ Por favor, no estamos aquí para discutir, ─ espetó Ivanna.─ ¿Cómo piensas que no discutiremos cuando él, está aquí presente? ─ Le preguntó Maximiliano, a su esposa.─ Ahora, soy él, pero cuando eras el novio de Ivanna y yo, andaba con Gianna, era tú amigo Noah; al que le pedías
Ashley, se notaba nerviosa parada a un lado de la puerta, esperando que sacara el automóvil. No había querido ingresar, apenada con mi padre.Saqué el vehículo y Ashley, se embarcó. Cerré la puerta del garaje y luego comencé a conducir, con vía hacia mi departamento. Ella, solo miraba a través de la ventana.─ ¿Ya Desayunaste? ─ Le pregunté sospechando, que la respuesta sería negativa.─ No tengo hambre, ─ siseó en un murmullo de voz. Minutos después, hice una parada para comprar unos panecillos, jugos y frutas.─ De veras, no tengo hambre ─ pronunció, sus ojos se notaban con una profunda tristeza, acaricié su mejilla y coloqué la mano en su nuca y la atraje, chocando mis labios con los suyos.─ Noah, por favor, ─ balbuceó intentando separarse.─ Me amas, ─ le aseguré besándola ligeramente, ella guardó silencio, pero no hacía falta que lo confirmara; ambos, sabíamos que era así.Me acomodé, retomando nuevamente el camino. Ella, volvió a fijar su mirada por la ventana, hasta que llegam
─ Llevaba años de dolor y amargura Ashley, pero desde ese día y esa noche, no me pude alejar, me seguías recordando que eras la hija de Gianna, pero no pude evitar todo lo que estabas causando en mí, cuadré mis guardias para estar siempre contigo, comencé acompañarte a supervisar los eventos; por más que lo intentaba no podía alejarme, siempre buscaba una excusa para estar a tú lado, pero mi decisión surgió en tú cumpleaños. Dos meses después de esa víspera de año nuevo, no pude contener los celos, con tú amigo posesivo, ─ Le di a conocer y ella, intentó sonreír con mis últimas palabras, pero no lo logró, acaricié su rostro, sin desprender la mirada de sus ojos.─ Cuando te hice mi novia, no sabía como contarte todo, sin dañar la imagen de Gianna, ─ pronuncié continuando con las acaricias en su mejilla, depositando suaves besos, por todo su rostro.Hundí nuevamente mis manos, debajo de su sudadera, levantándola y sacándola por su cabeza. Ella, intentó protestar y yo, solo la silencié
Mis dedos, comenzaron hacer un sonido de chapoteo, en su húmeda vagina y se escuchaba delicioso. Mi boca, atrapó uno de sus pezones.─ Te amo, Noah y no me digas más pequeña, ─ se quejó con una voz llena de deseo, de necesidad, metiendo la mano, dentro del bóxer y liberando mi miembro, para comenzar a darle placer.─ Eres mía, Ashley. ─ Susurré mordiendo ambos pezones y apreté su vagina.─ Esto es mío, ─ mencioné apretando fuerte su vagina y llevando mi mano libre, hasta mi erección y la coloqué sobre la de ella; esto es tuyo, ─ pronuncié apretando con su mano mi falo endurecido, al cual le estaban dando placer.El movimiento de su mano, era mucho más experto y su cuerpo, era mucho más expresivo. Me volvía loco, el saber que yo era su único hombre, que todo lo había descubierto conmigo.Mi boca, comenzó el descenso, besando cada milímetro de su piel, levanté mi vista, ella tenía los ojos cerrados, su espalda contorsionada por el placer, su mano libre, presionando con fuerza la sában
Valerie Ghill.Sebastián subió a su habitación silencioso, pensé que me llenaría a preguntas por el camino, pero no fue así.Mi hijo, siempre ha sido tan reservado como su padre. Él, solo pregunta si entablamos una conversación en familia, mi hijo era un adolescente, pero había madurado mucho para su edad; también su forma de actuar se lo debía mucho a la educación, que había recibido de parte de Samuel. Ambos eran idénticos, no solo en físico, sino en su forma de actuar.Me dirigí al pequeño bar y me serví otra copa de vino, todavía me sentía rabiosa e indignada, tendría que enfrentarme a Lumbardi. Todavía no entendía como rayos las fotografías de su celebración, llegaron a los medios de comunicación. El equipo fotográfico que había contratado, me aseguraron que no fueron ellos y que al único que le habían facilitado las imágenes y videos, había sido al señor Lumbardi. Así, como había quedado establecido en su contrato. Tenía que resolver este problema, a primera hora de la mañan
Valerie GhillFroté mis ojos para que la claridad no me molestara, levanté el rostro del pecho de mi esposo. Estábamos desnudos y abrazados, volví a posar mi rostro en su pecho, me sentía bien de que hubiese escogido salvar nuestro matrimonio, pero no me sentía tranquila. Algo se había quebrado en nuestra relación y no sabía que era. Samuel despertó, levantó mi mentón y me besó.─ Buenos días, ─ pronunció sonriendo y envolviéndome más entre su cuerpo.─ Buenos días, ─ respondí observándolo. Él, me subió completamente sobre su cuerpo, me acomodé a horcajadas sobre él, sin despegar mi mirada de la suya, lentamente comencé a mover mis caderas sobre las suyas. Sus manos se fueron a mis pechos, apretándolos entre sus manos. Su semi erección comenzó a notarse, eso me frustraba recordándome que una mujer más joven que yo, lo tenía en esas condiciones. Bajé mi tronco reposando sobre su tórax.─ ¡Valerie! ─ susurró ─ No importa, solo espero que mejore, ─ murmuré levantándome de la cama. Re