Ashley FreetmanCuando tuve tiempo de pasar a la habitación del niño, ya este estaba más tranquilo, pero tenía su comida a un lado. La enfermera me hizo una mueca, indicándome que no deseaba comer. Me acerqué a él, encendí el televisor, este se iluminó con el mismo canal que había colocado anteriormente. Tomé la bandeja de la comida y no me retiré hasta convencerlo de comer, aunque sea un poco. Volví a besar su frente, él me observó, le prometí que volvería luego, saliendo de su habitación, llegué al Star de médicos, respiré profundo.─ Duro día, ─ mencionó una de las doctoras.─ Esperemos que la noche sea mejor, ─ mencionó otra. Noah, llegó y se veía tan agotado como todos nosotros y apenas la noche estaba por iniciar y no mejoró. Las emergencias llovieron, también los síntomas por las reacciones de las quimios.A las tres de la mañana, llegué demasiado agotada al área de lencería. El niño, se había dado una alzada bárbara pidiendo una dosis de droga. Observé mis brazos por todos
Ashley Freetman─ Ese no es un nombre y no es bonito, le dije - piensa en un nombre bonito, que a ti te guste y así te llamarás, ─ le propuse y él me observó. Seguí ayudándolo alimentarse, al parecer conmigo, era la única persona que recibía comida. Me preocupaba irme y que él, volviese a negarse a comer.─ Debo entregar la guardia, ─ le dije a tía Ivanna.─ ¿Te irás? ─ Me preguntó el niño y a mí se me partió el alma, mi tía Ivanna, me observó y su rostro marcó preocupación.─ Iré a mi casa a descansar un rato y volveré en la tarde, quiero que comas todo lo que te den hoy, cuando te den de alta, quiero llevarte a mi casa, para que conozcas a mis hermanos. ─ Le dije con una sonrisa, y no sé porque desee que eso se cumpliera. Tía Ivanna, expandió los ojos y estaba segura que si Noah, me escuchaba de seguro me reprobaría. El niño, dirigió su mirada asombrada a la mía, pero pronto la retiró.─ No quiero ir a tú casa, ─ protestó y yo, sabía que era por consumir. Acaricié su mejilla.
Ashley Freetman.─ Te traje gelatina, también comida deliciosa, come un poco y te colocaremos el tratamiento, ─ le dije besando su cabecita, mientras una de las enfermeras sacó la comida.─ Iré a calentar esto en el micro, ─ mencionó la enfermera, llevándose una de las tasas que había destapado. Tomé la gelatina y comencé a dársela, él solo me observaba silencioso. La enfermera llegó con la comida, poco a poco fue comiendo, pero seguía un poco inquieto. Una de las camareras, retiró los platos de comida del hospital que el niño, ni siquiera había querido probar.Llegaron a cumplir el tratamiento, él suspiró aliviado, se le había bajado un poco la dosis y sabíamos que esto iba estar sucediendo, pero no podíamos permitir que siguiera convulsionando, debíamos enseñarle a controlar los estados de ansiedad. Me levanté y él, me tomó de la manga, no pronunció nada, pero con el gesto, entendí que no deseaba que me fuera. Las enfermeras me observaron, sabía que no podía quedarme, para no c
Ashley Freetman─ Ahora, no tienes porque robar la comida, en el hospital hay suficiente y yo, también te puedo traer, ─ mencioné abriendo la taza de frutas. ─ Prometo prepararte unas ricas comidas, para que mi hermana te las traiga, ─ mencionó Samantha, con una sonrisa.─ Me tengo que ir, porque no estoy de guardia, pero mañana estaré aquí temprano, ─ mencioné acariciando su cabello.─ ¿Cuánto falta para que me vuelvan a colocar el tratamiento? ─ Preguntó, observé el reloj.─ Faltan dos horas, pero recuerda que debes controlar la ansiedad, ─ mencioné encendiendo el televisor. Samantha, tomó su manito.─ Te enviaré mañana un cuento, ─ musitó mi hermana y él, la observó. Tomé los envases desechables y los lancé al cesto de basura, nos despedimos del niño y salimos, volvimos a la oficina donde Noah, nos había dejado, él no había llegado todavía. Jaime y Andrew, estaban jugando con los teléfonos, ambos levantaron la vista para observarnos, la coordinadora de enfermería estaba ac
Ashley FreetmanRecorrí el pasillo destilando agua por todos lados, ingresé al Star de médicos por mi bolso, la doctora Rosario, como siempre sonriente; elevó la mirada a mi rostro. Noah, por el contrario de los demás doctores, estaba con su seriedad común y respiró profundo, al verme toda mojada.─ Por lo menos, lo va controlando mejor ─ pronunció sonriendo la doctora Claudia, observando mis brazos. Ya no habían aruños, ni golpes, el niño mismo pide la ducha, cuando siente que le gana la ansiedad por consumir drogas. Solo, que el niño se aferra a mí, como un pulpo y me arrastra a la ducha con él. Con mi tía Ivanna, también lo ha hecho y ha estado más receptivo a lo que le decimos. Ha pasado una semana desde que me activé y anoche, le hemos bajado un poquito más a la dosis del niño, sabemos que cada vez que suceda su cuerpo se resistirá.─ Esperemos que continúe así, ─ musité agradecida con el poco avance, que hemos logrado en esta semana. Tomé mi bolso, para ingresar al baño
Ashley Freetman.Le pedí a Lola, que me despertara para poder ir a la agencia, así como estaba vestida caí en la cama. Observé la libreta de mi madre en la mesita de noche, estaba tan muerta de cansancio que no fui capaz ni de tocarla. Ese diario me tenía alejada de Noah, leer cuanto la amaba, como la buscaba, leer que estaban juntos, como él, le pedía que pasaran la noche juntos, me dolía y me tenía el corazón hecho pedazos. Descubrir como era el comportamiento de mi madre, me dolía demasiado. Mi teléfono repicó, era Noah, no lo respondí, toda esta semana he tratado de huirle, porque se que él, tiene el poder de hacerme perder entre sus besos y sus abrazos. Esta mañana agradecí que no intentara nada, porque sabía que estaría perdida, con solo un beso o un toque suyo. Cerré los ojos dejándome llevar por el cansancio.La voz de Lola, me sacó del sueño, pero no de la pesadez de mi cuerpo, el cual sentía demasiado cansado todavía. Casi arrastras me levanté para el baño, hice mis n
Ashley FreetmanSeguí mi camino hasta la agencia, de allí tía y yo, salimos a comprar lo necesario para los eventos. Dejé en mi auto lo del cumpleaños de Francho y Jonás, que era mañana, compré un juego didáctico para el niño y un libro de cuentos infantiles. Le compré un regalo de mi parte a Francho y uno a Jonás. Volvimos a la oficina de la agencia y seguimos planificando. La abuela Hailey, pasaría buscando a Sebastián y la abuela Samantha, pasaría buscando por la escuela a Jaime y a Andrew. Tía Valerie y yo, continuamos unas horas más. Noah, llegó a la agencia a buscarme para almorzar, saludó a tía Valerie, a la abuela Hailey y a Sebastián.─ Deja tú auto aquí, vamos en el mío, ─ pronunció Noah.─ Tengo allí todo lo del evento de mañana, ─ le informé.─ Pásalo al auto de Noah y yo, me llevo el tuyo, ─ propuso abuela Hailey, quien estaba allí ayudándonos con las ideas de la solicitud de España. Al parecer todos silenciosamente, apoyaban mi relación con Noah, menos mi pad
Ashley Freetman.La sensación de complacerlo en todos los sentidos me abarcó y ese deseo insano de que me ame solo a mí, también me abarcó. Recordé las líneas del diario de mi madre y sentí un dolor punzante en mi pecho, separándome de él y buscando acomodarme en un lado de la cama. Él, me abrazó desde mi espalda, como si comprendiera mis sentimientos, giró mi cuerpo levantando mi mentón.─ ¿Cuándo te distes cuenta de esa dependencia? ─ Preguntó buscando mis labios y esta era su peor forma de hacerme tan dependiente a él, porque en sus brazos él, me domina completamente, en sus brazos yo, simplemente soy su títere.─ Cuando comencé a leer el diario de mi madre, ─ musité, él volvió a besarme.─ Sabía que esa libreta traería problemas, lo supe desde la noche que me dijiste que lo estabas leyendo y luego no quisiste dormir conmigo ─ mencionó. ─ Me duele leer cuanto la amabas, como la buscabas, le pedías que estuviese contigo, ─ musité y otra vez las lágrimas me traicionaban.─ Entonce