“Sr. Lourdes…”, murmuró Cameron. De repente se sintió como un tonto por agitar antes su reloj. Se puso en posición de firmes, como un estudiante que se porta mal ante el profesor de disciplina.

"Cameron, ¿a qué se refería con Sr. Lourdes?". La chica a su lado se preguntó en voz alta.

“¿A quién más podría haberme referido? ¡Louie Lourdes, hijo y heredero del conglomerado minero de la familia Lourdes! ¡Los grandes kahunas!”.

"¡Entonces, es ese tipo!".

"¡No sabía que era tan guapo en persona!".

Morgana, Sully y las otras chicas miraron con ardiente admiración al legendario personaje.

Mientras tanto, los chicos parecían tener miedo incluso de respirar demasiado fuerte.

Sin mencionar a la cajera, que ya estaba de pie, mostrando la sonrisa más profesional que pudo encontrar.

Louie tenía un grupo de personas con él, y ni siquiera se molestó en mirar a Gerald o a sus invitados cuando pasó frente a ellos.

"¡Mi factura!", Louie gritó. La sonrisa de la cajera no desfalleció. “P