“¡Ja! ¿Qué es lo que me vas a hacer? ¡No puedo creer que ya eres tan arrogante cuando acabas de empezar a cultivar tu fuerza interior! Mira, aunque creas que tu técnica de cultivo es superior, a mi parecer, ¡esa técnica de los Zeman es algo del montón!”, se burló Lyndon mientras reía amargamente al tiempo que sacudía la cabeza.

“¡Quieres morir!”, rugieron Aiden y Leo simultáneamente, ¡mientras se abalanzaban hacia él!

Para su sorpresa, Lyndon simplemente agitó su mano… ¡lo que envió una fuerte oleada de energía vital esencial! ¡Ninguno de los dos eran rivales para él!

Observando cómo eran lanzados por el aire antes de estrellarse contra el suelo y derramar sangre, Lyndon respondió: “Ahórrenste eso. Tienen suerte de que no mate a inocentes. ¡De lo contrario, ya estarían muertos!”.

Antes de que el dúo pudiera responder, los tres escucharon de repente una voz que decía: “Oh, ¿ustedes dos están aquí? Si están libres, ¡tráiganme agua! ¡Me gustaría regar las plantas!”.

Aunque la voz no