Después de respirar hondo, Gerald empezó a revisar lentamente las páginas, asegurándose de ser particularmente cuidadoso por miedo a que el libro milenario se volviera polvo por accidente.

Sin embargo, para su consternación, ¡no pudo entender nada de lo que estaba escrito en él! Como mucho, pudo deducir, basándose en los rudimentarios bocetos de algunas páginas, que el libro detallaba algún tipo de ritual de sacrificio, no muy diferente de lo que había visto en el mapa del mar en aquel entonces.

Con cuidado, y ligeramente emocionado, Gerald llevó el libro hacia el anciano y no pudo evitar preguntar: “¿Puede leer esto, mayor?”.

Levantando levemente una ceja, le echó entonces un vistazo al libro antes de finalmente sacudir la cabeza mientras decía: “Lamentablemente, no puedo. Sin embargo, basándome en el boceto, supongo que están intentando invocar la lluvia”.

“¿Qué? ¿No es este un ritual de sacrificio?”, respondió Gerald.

“Sea lo que sea, no importa. Después de todo, aunque por fi