En el pasado, Kai había adquirido ese tipo de experiencia por su adicción al alcohol.

“¿Qué deberíamos hacer ahora?”. Su confidente se acercó a él y preguntó.

“¿Qué más podemos hacer? Pídele al mesero que venga y lleve a Gerald a la habitación de abajo. ¿La cámara está lista?”. Kai tenía muchas ganas de matar a Gerald justo en ese instante. Él sabía que sin duda sería capaz de hacerlo si realmente lo deseaba.

Pero no se atrevió a hacerlo. Aunque su familia poseía un estatus poderoso en Japón, la familia Futaba tampoco era presa fácil. Si la familia Futaba conseguía algo en su contra, toda su vida se arruinaría.

Pronto llegó el mesero y sacó a Gerald de la habitación privada.

Las dos universitarias llevaban tiempo esperando allí, y las cámaras habían sido acomodadas en la habitación, esperando a que Gerald fuera llevado allí y cayera en la trampa de Kai.

“Sé más cuidadoso. ¡No lo despiertes!”. Al ver que el mesero estaba siendo descuidado, Kai lo reprendió de inmediato.

Si Gerald