Al escuchar eso, Takuya agitó la cabeza con una risa antes de decir: “... Estás bromeando, ¿cierto…?”.

Aunque era cierto que Gerald era inhumanamente fuerte, no había forma de que fuera capaz de enfrentarse él solo a una familia tan grande y poderosa, ¿cierto…?

“Oh, he dicho en serio cada palabra que dije, Patriarca Takuya. ¿No me cree?”, preguntó Gerald en tono serio, dando a entender que no bromearía con algo así. Después de todo, sacar a los Futaba de esta crisis era su única oportunidad para conocer los secretos de la tribu Seadom.

Pensando en todas las veces que Gerald había protegido a su hija, y teniendo en cuenta el tono serio de Gerald, Takuya respondió: “... ¡Te creo!”.

“Bien. Entonces, solo deme algo de tiempo para exterminar a los Kanagawa. En cuanto a Endo e Izumi, propongo que acabemos con ellos cuanto antes”, respondió Gerald con una sonrisa.

“Bueno, si no hubieran tenido la información que necesitábamos, los habría matado hace tiempo. Sin embargo, ahora que conoce