Casi media hora después, en medio de las miradas ansiosas de la multitud, Fujiko entró a la sala de reuniones. Sin embargo, lo que sorprendió a la multitud fue que Fujiko iba del brazo de un hombre que jamás habían visto antes. Era un completo desconocido.

Como el hijo menor de la familia Kanagawa, Kanagawa Kai era considerablemente famoso en Japón, y todos los presentes lo conocían.

Si fuera un hombre más competente que Kanagawa Kai, no les importaría. Pero si era un joven ordinario, sus planes serían en vano.

“Chico, ¿quién eres?”. Pensando en esto, Suke no vaciló en levantarse y preguntar. Mientras hablaba, no dejaba de mirar a Gerald, intentando identificar a este hombre por su temperamento y su vestimenta.

“Este es el asunto del que quiero hablar con todos ustedes hoy. Sobre el contrato de matrimonio de Fujiko y Kanagawa Kai, he decidido cancelarlo por dos razones. Una es que Kanagawa Kai no es un buen hombre. Si salen, y simplemente agarran a un hombre, y le preguntan ahora,