“... ¿Qué debemos hacer ahora, señor Crawford...?”, preguntó Ray.

Mirando directamente a Yann, Gerald solo entrecerró los ojos antes de sacudir la cabeza. Él sabía con certeza que Yann ya era una causa perdida... La avaricia realmente era algo aterrador...

Aun así, él quería intentarlo una última vez. Mirando a Yann, el tono de Gerald sonaba mucho más enojado mientras gruñía: “… Por última vez. ¿Te vas con nosotros, o no?”.

“¡No me iré todavía!”, rugió Yann, causando de inmediato que la ira de Gerald alcanzara su punto máximo.

Esa fue la gota que colmó el vaso. Como ya no quería tener nada que ver con Yann, Gerald comenzó a salir de la sala del tesoro...

Sin embargo, en el momento en que Gerald salió, todas las velas de la habitación se apagaron de inmediato. Después de eso, ¡la habitación comenzó a brillar con una espeluznante luz verde!

‘¡Esto no es bueno!’, pensó Gerald mientras salía rápidamente de la habitación, junto con Ray, antes de gritar: “¡Yann! ¡Ven aquí! ¡Rápid