“¡¿Quién es?!”.

Los otros cuatro hombres también reaccionaron en ese momento.

Esa persona se acercó con una velocidad tan rápida que hizo que ese grupo de personas ni siquiera pudiera ver lo que estaba pasando.

Así que se apresuraron a sacar sus dagas, una tras otra.

“¡El señor Crawford dice que ustedes merecen morir!”.

Así es. Esa persona no era otra que Leo.

Gerald y Leo habían estado siguiendo el aura, y lo habían seguido todo el camino hasta ese lugar, solo para presenciar la escena que se estaba desarrollando ante ellos.

Fue entonces cuando Leo decidió entrar en acción.

“¡¿Quién diablos es el señor Crawford?! ¡Somos de la familia Sime! ¿Quieres morir? ¡Será mejor que te largues ahora mismo!”. Los pocos hombres dijeron al mismo tiempo.

“El señor Crawford dice que la gente de la familia Sime merece morir aún más”.

Cuando terminó de hablar, Leo ejerció una ligera fuerza. Después de eso, la persona en su mano fue lanzada a unos veinte metros de altura hacia el cielo.

Se sen