Al escuchar a Gerald decir eso, Xareni instantáneamente respondió: “¡Tú!...”.

Sin embargo, antes de que ella pudiera decir algo precipitado, simplemente asintió antes de permanecer en silencio por un momento para calmarse.

Unos segundos después, ella sonrió enojada antes de decir: “¡Bueno, ya que claramente menosprecia nuestro pequeño templo, entonces supongo que la familia Lovewell le entregará el Libro de las Bestias mañana como muestra de agradecimiento, señor!”.

En el momento en que terminó de hablar, Xareni instantáneamente se dio la vuelta y salió de su habitación. Al cerrar la puerta detrás de ella, respiró profundo antes de mirar con odio hacia la habitación.

Era temprano a la mañana siguiente cuando Haven empujó la puerta de la habitación de Gerald para abrirla antes de gritar: “¡Buenos días, maestro!”.

“¿Maestro?”, respondió Gerald que no pudo evitar sacudir la cabeza mientras miraba a la chica que le había traído una taza de té de ginseng.

Esta vez él ni siquiera tuvo