Capítulo 119
La bofetada de Fernando la interrumpió de golpe, haciéndole tragar todas las palabras que pensaba pronunciar.

Frigg se llevó la mano a la mejilla, aturdida por la bofetada. Tardó varios segundos en reaccionar:

—Fer, ¿no habías dicho que confiabas…?

No terminó la frase, porque Fernando le aferró el cuello con tanta fuerza que, de pronto, sintió cómo el aire se le escapaba del pecho, como un globo desinflándose. El terror de la asfixia la envolvió por completo.

Aturdida también por el golpe que Fernando le había dado a su hija, Jasmine tardó unos instantes en darse cuenta de lo que pasaba. Cuando por fin reaccionó, corrió hacia él.

—Señor Suárez, comprendo que esté furioso… ¡pero de verdad Frigg no tuvo nada que ver con lo de hoy! —exclamó, casi en pánico—. Fui yo quien lo planificó todo. Frigg no sabía nada. No dejes que esto destruya lo que hay entre ustedes.

En respuesta, la mirada de Fernando se volvió aún más gélida, y su puño se aferró con más fuerza en torno al cuello de Frigg. El
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