Mi garganta se seca, mi boca no es capaz de generar saliva, mi mandibula se tenza, yergo la espalda y cuadro los hombros, bajo la toalla en mi mano y lo veo fijamente, ni Denis o Beth han notado que me encuentro tras ellas, un bufido sale de mis labios, respiro profundo y todos me nota, aclaro mi voz y lo veo fijamente - ¿Quién demonios te dijo donde me encontraba? – rujo.

-Eres mi hija, se por lo que estas pasando – me ve con atención – estas siendo precionada por tus abuelos para que te hagas cargo del negocio familiar – dice con enfado en sus palabras, avanza hacia el interior y se sienta cómodamente en uno de los sofás, desabotona su saco,curza la pierna y extiende sus brazos en la parte superior del mismo - ¿Cómo pudiste vivir en esta ratonera por cinco años – lo ve cono desden – nunca entendí porque tu madre permitia que te juntaras con la servidimbre – ve a Beth de