Rubén rondaba cerca de la oficina del vicepresidente con una cara seria. Aunque ya era hora de trabajar, no había señales de su jefe. Damián desapareció ayer por la tarde después de recibir los resultados de las pruebas genéticas y no ha sido contactado desde entonces. Rubén, que conocía los resultados de la prueba, estaba tan confundido como Damián. James es su hijo. Por un momento, Rubén se sorprendió por algo inesperado, pero estaba aún más preocupado por lo que sucedería en el futuro. Se preguntaba cómo aceptaría Damián la existencia de su hijo y cómo lo afrontaría. Y tenía miedo de cómo reaccionaría la familia de Damián si se enteraran de esto. En ese momento, el rostro de una persona apareció en la mente de Rubén. Se preguntó si debería contarle a esa persona sobre la existencia de James.—Sería correcto decírtelo— Tenía fe en que esa persona se presentaría y resolvería el problema en el momento adecuado— Entonces, de repente, un pensamiento cruzó por su mente— Podrías ha
Cecilia, cuya tez se había puesto pálida, parpadeó con sus grandes ojos y le preguntó. —Bueno, está bien. ¿Qué quieres decir con eso?— Susan, que estaba a su lado, también ayudó. — De repente tienes un hijo... ¿bebiste durante el día? Ese chiste no es apropiado. Samuel y Marian, que estaban frente a la madre e hija, parecían sin palabras. En contraste, la expresión de Damián era tranquila y decidida, como si ya hubiera puesto su mente en orden. —No es un chiste— Damián les dijo—Según los resultados de las pruebas genéticas, está claro que el niño tiene mi sangre. Cecilia, sorprendida, se sentó y se tapó la boca. Susan la ayudo y le gritó a Damián. —Detente. A menos que quieras ver caer a mamá. A pesar de su disuasión, Damián abrió la boca con una expresión seria. —Esto es algo que también aprendí recientemente. Al principio me sentí avergonzado, pero no tengo ningún deseo de fingir que no conozco a mi hijo biológico, asumiré la responsabilidad del niño y lo criaré porque es
—Vine por ti— Los ojos de Avery temblaron levemente ante esa suave palabra. Una pequeña vibración se extendió por todo su pecho. “Cuando… ¿Llegará un momento en que mi corazón dejará de temblar por culpa de este hombre? “A pesar de que habían pasado tantos años y de que había sufrido innumerables veces por su culpa, se sentía estúpida y le odiaba por sentirse impotente y desconsolada ante cada palabra que decía. Damián seguía mirándola con ojos profundos. Su cara parecía pensativa, pero no pudo leer lo que estaba pensando. Una voz pesada fluyó de los labios de Damián mientras la miraba en silencio.— ¿Qué fue lo que te hizo infeliz? Te pregunto qué fue lo más difícil de soportar durante nuestra vida matrimonial.Avery parpadeó con sus ojos marrones ante la repentina pregunta. Damián la miró sin decir nada y dijo.—Supongo que hay demasiados para elegir, entonces cambiare la pregunta—Miró a Avery con gentileza. Abrió la boca de nuevo —Tú ¿me odias tanto que te hace poner nervios
Marian pareció sorprendida por las palabras de Damián, pero luego se calmó y volvió a hablar. —Eso… … Susan me lo dijo—Damián la miró a la cara con ojos profundos. Marian habló en voz un poco más alta. —En serio. Puedes preguntarle a tu hermana. Un profundo suspiro salió de entre los labios de Damián. Parece que Susan, incapaz de soportarlo más, le confesó todo a Marian. — Regresa. No importa cuántas vengas, nada cambiara — Damián, que fruncía el ceño ante su comportamiento tan inocente, volvió a mirar a Marian. Habló con una expresión severa —Las conversaciones matrimoniales con tu familia han terminado. No vuelvas nunca más por algo como esto. Damián, que hablaba con frialdad, se dio la vuelta. Y fue entonces cuando caminaba hacia su casa. Una voz ligeramente exaltada vino detrás de él. — ¿Durante cuánto tiempo cree que su empresa seguirá prosperando?— Damián se volvió de nuevo ante el sonido de su voz temblorosa pero fuerte. Frente a él, vio a Marian parada con el labio i
Avery se puso de pie. Y luego miró a Damián con cara de sorpresa. Los ojos de Damián estaban fríos. Esa mirada fría se centró en Daniel. La atmósfera dentro de la tienda de repente se volvió fría. Era la primera vez que los tres se encontraban así. Ninguna de estas personas podía relacionarse cómodamente entre sí. En medio de un profundo silencio lleno de incomodidad, la primera persona en hablar fue Daniel. —Nunca pensé que te conocería así—Daniel se levantó de su asiento y se acercó a Damián. Y le tendió la mano—Me alegro de conocerte mi nombre es Daniel White. Avery me hablo mucho de ti. Damián no tomó la mano que le tendía. Volvió a mirar la mano con una mirada fría y dijo. —No te daré la mano—Respondió, levantando los labios con tibieza. —Ok, esta bien. —No hay nada bueno en conocernos— Damián miró hacia Avery. Luego miró a Daniel nuevamente y continuó hablando —Ya que ambos queremos lo mismo. Daniel no evitó su mirada. Sus ojos claros se volvieron hacia Damián
Esa tarde. Había dos mujeres deambulando por la tienda de Avery. — ¿Estás segura de que es esa tienda?— Preguntó Cecilia, asomando la cabeza desde el pilar del edificio al lado de la tienda.Susan, que estaba detrás de ella, asintió.—Así es. Damián también compro esa panadería.—Vaya. Esa mujer realmente no tiene conciencia alguna. Desde la primera vez que la vi supe que era ese tipo de chica. Pude ver ese interior codicioso, arraigado en sus huesos. Cuanto más lo pienso, más molesta me siento. Entremos ahora.— ¿Pero realmente podemos ir? Si Damián se enterara de esto, no nos dejaría en paz—Susan preguntó las palabras de su madre con una momentánea mirada de preocupación.—Entonces no podremos quedarnos quietas así. ¡Esa mujer tiene un nieto del que ni siquiera sé! ¡No lo creeré a menos que lo vea con mis propios ojos!—Mamá. No te exaltes. Luego puedes desmayarte— Susan, calmo a su madre, se alejó del pilar con una expresión solemne como si hubiera tomado una decisión. Sin embar
— ¡Señor!— Mientras Avery estaba ocupada abriendo la puerta principal, James corrió hacia Damián, que estaba saliendo del auto. Llevaba una camisa a rayas, pantalones azul marino y zapatos sin cordones de color marrón oscuro.—Caerás— Dicho esto, Damián se acercó al niño. Luego tomó al niño y lo levantó. —Señor. ¿Por qué llegas tan tarde? He esperado mucho tiempo— Dijo James, que estaba en sus brazos.—Llegue a la hora acordada—Ven más rápido. ¡Quiero verte rápido!— James abrió mucho sus ojos negros y continuó charlando. Mientras miraba el rostro del niño, las comisuras de la boca de Damián se curvaron suavemente hacia arriba. ¿Es posible exista un ser tan encantador? Hay algo que te haga sonreír y te caliente el corazón con solo mirarlo... ¿Por qué no lo sabía? Si lo hubiera sabido antes, se habría casado con Avery y habría tenido un hijo de inmediato. Incluso sintió resentimiento hacia su yo pasado por decirle a Avery que no tendría hijos.El niño, que bajó de los brazos de D
Avery miró a la persona que agarró la mano del hombre. Fue directamente a comprar una bebida. La dura mirada de Damián se volvió hacia el hombre. Si pudieras matar a una persona sólo con tu mirada, sería la mirada que tiene ahora. El hombre quedó desconcertado por un momento por la apariencia de Damián, pero luego estalló y gritó ferozmente.— ¿Qué pasa con eso?— El hombre intentó soltar su muñeca del agarre de Damián, pero no se movía en absoluto. En cambio, sentía una fuerte presión cada vez que me movía y la parte atrapada le dolía. — ¿Cuánto cuesta?— Dijo Damián, mirando al hombre con ojos fríos.— ¿Qué?— ¿Qué cuánto cuesta esa ropa tan cara para niños?— Al escuchar las palabras de Damián, el hombre torció los labios y sonrió.—Ajá. ¿Me lo vas a dar? Tengo que gastar unos $5000, incluyendo la ropa de la niña y los gastos médicos. ¿No lo crees?— Cuando el hombre terminó de hablar, Damián sacó su billetera y sacó varios billetes. Tiro el dinero delante de él sin siquiera conta