¡Hola! ¡Hola! espero que estén bien y pueda. disfrutar de la lectura. Son unos amores y se los agradezco!
◞───────⊰·•·⊱───────◟ 11: Modelando para usted, jefe◝───────⊰·•·⊱───────◜—Se supone que debo...—Debes ponerte lo que yo decida. —Krause la guió a través de la tienda de ropa, atrayendo las miradas lujuriosas de las empleadas con su cuerpo musculoso y su actitud autoritaria. Llevaba camiseta blanca, pantalones negros, botas y los guantes de cuero que siempre usó. Se había quitado las gafas de sol—. Tranquila, Queen. Voy a ser misericordioso contigo. Después de todo, comprendo tu inexperiencia."Ja ja, qué gracioso" pensó Scarlett con una mueca enojada. Corrió detrás del coronel Stein, esquivando los codazos y las miradas molestas de aquellas empleadas.—Para su información, jefe, soy una mujer muy experta —replicó la rubia.Exacto, tenía experiencia. No había pasado ocho años de matrimonio siendo la muñeca perfecta de los suburbios solo por nada. Fue la esposa perfecta de Patrick, eso era seguro.—Si me visto como lo hago, es porque viví la experiencia suficiente —agregó Scarlett s
◞───────⊰·•·⊱───────◟ 12: Nada es lo mismo sin ti◝───────⊰·•·⊱───────◜La mano de Patrick se deslizó por la boca entreabierta de Scarlett, dejando un rastro de cenizas aún con vida. La rubia tragó saliva, pegándose a la pared para no rendirse al deseo de pegarse a él y sentirlo por completo. Debió repetirse a sí misma que Patrick no la deseaba de esa manera. Él no quería llevarla contra la pared y hacerla gritar de placer. No lo hizo mientras estuvieron casados, no lo haría ahora después de que le reveló la verdad.—Vete de aquí, Patrick.—Scarlett... —pide él, tocándole la mejilla—. Eh, mírame. No te hagas la difícil. Sé que quieres hacerlo.Scarlett se reprendió a sí misma por permitirle tocarla y devolverla al pasado, a sus sentimientos no correspondidos.—Te odio —gruñó muy enojada.—Me amas —discrepó Patrick, sin ocultar su pequeña sonrisa satisfecha—. Sí. Lo veo. Todavía me amas.Quiso golpearlo por eso. Patrick sabía que ella no iba a superarlo tan rápido, después de todo el a
◞───────⊰·•·⊱───────◟ 13: Los deberes de una asis-tonta◝───────⊰·•·⊱───────◜—¿Qué rayos fue eso, Queen? —espetó el coronel Stein, cerrando de golpe la puerta del conductor.Scarlett estaba jadeando por el esfuerzo que requirió subir a la Bestia con su tamaño.—¡Ya le dije que no fue nada, jefe! —protestó la rubia.—¿Nada? Parecía que estabas a punto de montar una escenita en público. ¿Tu padre sabe que te gusta andar de exhibicionista?«Uy, pero qué pesado este hombre». Scarlett siseó y se mordió la lengua antes de soltar una barbaridad. ¡Es una mujer adulta, no una cría de cinco años! Qué le tiene que importar a Thomas Queen sus actividades... emm... medio privadas. No estaba matando ni robando. Krause solo quería molestar. Eso fue todo.—A ver, el probador estaba cerrado. Eh. Bien cerradito.—Si estaba tan cerrado, ¿por qué yo entré? —contraatacó Krause.«Porque es un chismoso»—Porque... umm... Fue el único que lo hizo. Allí nadie estaba mirando nada de nada. —La rubia intentó d
◞───────⊰·•·⊱───────◟ 14: Las curvas del delito y el coronel celoso◝───────⊰·•·⊱───────◜La reunión en la sala de juntas comenzó y transcurrió sin incidentes. Scarlett descubrió rápidamente que toda la mesa estaba ocupada por hombres cercanos a la edad de Krause. Todos ellos vistieron trajes de negocio como el que debió ponerse Krause en el último instante; la diferencia fue que ellos parecieron muy felices al vestir trajes, mientras que el coronel Stein agarraba y tiraba de su corbata cada treinta segundos.Scarlett lo observó todo desde una silla giratoria detrás del coronel Stein, sosteniendo una tablet y realizando anotaciones. No se había movido de allí en más de cinco minutos, desde que se acercó a una mesa y le sirvió una taza de café a Krause. Scarlett no estaba muy segura de qué pasó, al menos no del todo. Fue cierto que los socios de Krause se quedaron mudos cuando la vieron entrar a la sala junto al coronel, y la mayoría de estos hombres adinerados (solteros, casados o di
◞───────⊰·•·⊱───────◟15: Las travesuras de Colette Stein◝───────⊰·•·⊱───────◜—Rápido, Queen. El tiempo es oro. Sube al auto antes de que me vaya sin ti —amenazó Krause, caminando a zancadas hacia la Bestia.—Sí, sí. Ya voy, jefe —siseó Scarlett a regañadientes, corriendo desesperada hasta la puerta del copiloto después de que el coronel le quitara el seguro a la camioneta con el control inalámbrico. Oh, era muy capaz de dejarla botada. ¡Tenía que darse prisa!La rubia se preparó físicamente para subir a la Bestia, mejor dicho, para trepar de alguna forma aquel enorme vehículo que fue casi el doble de su estatura. Scarlett suspiró, exhausta. Pero ella no se percató de que Krause frunció el ceño y se detuvo en seco al verla luchar para subir a la camioneta; solo se dio cuenta de lo que él iba a hacer cuando ya lo estaba haciendo. Antes de que pudiera protestar, las manos del coronel Stein envolvieron la cintura de la rubia, levantándola en el aire.—Whoa whoa. ¡Qué cara-! —Scarlett c
◞───────⊰·•·⊱───────◟ 16: Los pectorales del delito◝───────⊰·•·⊱───────◜Los días trabajando para Krause Stein fueron una completa locura. El horario era específico. Tenía que despertar a las cuatro de la mañana, organizar la agenda de Krause y revisar y responder sus correos electrónicos. Se iba a la casa del coronel (una de tantas que tenía) y lo encontraba, a veces desayunando con su hija, a veces regresando de llevar a Colette a la escuela.—¿Ves la llave roja del juego de llaves que te di? —comentó Krause, la primera vez que ella quiso saber en dónde iba a trabajar, ya que solo estaba viniendo a su casa o saliendo con él.Scarlett se encogió de hombros, haciendo tintinear el juego de llaves en su mano.—Eh…Él se burló.—Es de tu oficina.—¿Mi qué? ¿En dónde? —La rubia hundió el entrecejo, en el camino de la exasperación.—Aquí.Scarlett miró a su alrededor, porque estaban en la casa del coronel, específicamente en su comedor.—¿Cómo que aquí? —dijo la rubia, controlando su enoj
◞───────⊰·•·⊱───────◟ 17: La ex señora Stein◝───────⊰·•·⊱───────◜—¡Quiero ver a mi hija! —gritó aquella mujer desconocida.—Eh, disculpe —intervino Scarlett, de pie en el último escalón de las escaleras.La mujer giró a verla con una expresión de rabia.—¿Y tú quién eres?—¿Quién es usted? —reviró Scarlett la pregunta, cruzando los brazos.—Soy la madre de Colette. Mi nombre es Paulette Stein —rugió la mujer—. ¡Y exijo ver a mi hija!—Whoa, no, eso no va a ser posible —declaró Scarlett, bajando el último escalón de las escaleras. Señaló a los empleadas que previamente intentaron detener a la mujer, la que resultó llamarse Paulette. Aunque Scarlett creyó que era demasiado tonto que Paulette quisiera llamarse a sí misma una "Stein", ya que estaba bastante divorciada de Krause Stein—. Lo lamento, pero todos recibimos órdenes.—¿Y quién te crees entonces para darme órdenes a mí? —Paulette la miró de arriba abajo con una mueca de desprecio y disgusto—. Ja, no me digas que eres una de esa
◞───────⊰·•·⊱───────◟ 18: La crueldad de Krause◝───────⊰·•·⊱───────◜Scarlett guardó el botiquín de primeros auxilios en cuanto terminó de curarse el hombro. Vaya, la ex de Krause tenía unas garras bien puestas. Le hizo un rasguño de tres líneas más o menos profundas, lo suficiente para sacarle sangre. En serio, ¿qué estaba mal con esa mujer? ¿Se estaba tomando la pastilla?Subió de nuevo las escaleras, de vuelta a su oficina, ya que todavía tenía trabajo que hacer, y como Colette estaba ocupada con su padre, eso significaba que podía volver a su escritorio y terminar de responder algunos correos electrónicos.Sin embargo, en el camino, oye las voces de Krause y su hija. Están en la habitación de la niña, y la puerta no estaba bien cerrada. En serio, ¿qué mala costumbre tenía este hombre dejando las puertas medio abiertas? ¿Fue algo de crianza o lo adoptó del ejército?Scarlett sacudió esos pensamientos y trató de caminar lejos, no ser chismosa. Sin embargo, Colette dijo su nombre y