¡Estúpida tú! Capítulo 8.Caminamos por el pasillo comentando el éxito de la reunión, pudimos firmar con Fournier un logro más para nosotros. Y de repente escuchamos unos gritos. Paola, fui el primero en salir corriendo. Desesperadamente busco en mi saco las llaves de mi oficina, abro la puerta y entro. Mateo y Katia me siguen.Camino a grandes zancadas y llego hasta ella, está acostada en el mueble, sacude sus manos como si luchara con alguien, la sujeto con fuerza y acaricio su rostro.—¡Nena, Paola! —Ella se sigue moviendo y grita que la suelte— .Nena, soy yo—vuelvo a moverla.Abre los ojos y me mira aterrada, sus manos están heladas, sus pupilas más dilatadas de lo normal, está temblando, sostengo sus manos, ella mira a todos lados.—Había alguien aquí —susurra con la respiración agitada.Le sujeto la barbilla y le levanto la cabeza para que me mire. —Nena, no había nadie, solo fue otra pesadilla. Niega, sigue muy nerviosa, sus manos parecen hielo, eso solo le pasa cuando
¡Estúpida tú! Capítulo 9.Luego de media hora llegamos a Smith Field Hall, es un restaurante bar, un lugar muy bonito con una excelente vista. Estamos un poco lejos de casa, pero es uno de nuestros lugares favoritos. Primero ordenamos algo para comer, mientras platicamos le cuento la manera en que Álex me castigó, ella solo se burla de mí, le digo que se calle, se ríe como bruja.Luego a Katia se le ocurre pedir un cóctel. Estamos revisando la carta de licores.—¿Pedimos un whisky escocés? —inquiere. —¿Qué? ¿estás loca? Quieres que nos embriaguemos, sabes que no me gusta tomar.Suelta una risita. —Así olvidas el mal rato de hoy. Ah, ya sé, pidamos un malibú de piña. Suelto una carcajada.—Tú quieres que me echen de la casa, donde llegue a casa con aliento a piña, si Álex queda vivo me mata. Soltamos una risita.—Yo quiero un malibú de cola —comento. —Bueno pidamos eso.—¿No será muy fuerte ese trago? —inquiero dudosa.Katia me mira entrecerrando los ojos, le hace señas al m
¡Estúpida tú! Capítulo 11.—Mira Katia, eres mi mejor amiga y te quiero como a una hermana. Estás muy guapa hoy e imagino que no quieres salir calva de aquí —refuto.Katia suelta una risita y se vuelve a acomodar. —Ustedes lo que necesitan es otro traguito.Le hace señas al mesero y pide cuatro cócteles más.—Dejen la maldita payasada —masculla Álex—, que tragos ni que mierda.—Álex relájate no es para tanto —comenta Mateo. Álex frunce el ceño. Trato de sostenerlo del brazo, pero es imposible. Da un paso adelante y Mateo se mantiene en el mismo lugar. Álex lo señala con el dedo. —¿No es para tanto? —ladea la cabeza y lo mira— . Si tú quieres ir a un bar de esos a compartir a tu mujer, lo puedes hacer, pero a mi mujer la dejas fuera de esto. A mi mujer nadie va a tocarla, ni siquiera tú que eres mi mejor amigo. Su mandíbula se tensa. »¿Qué rayos te pasa? —mira a Katia—. ¿Qué rayos les pasa a ustedes? ¿Qué demonios se metieron? —¿Por eso llegaron tarde verdad? ¿Se fumaron alg
¡Estúpida tú!Capítulo 12.Katia y Mateo se pasaron con la broma que nos hicieron, fingieron tan bien que caímos redonditos. Estamos sentados en una banca en un pequeño parque. —¿Piensan reírse toda la noche? —Álex rueda los ojos.—Son tan tontos —comento mientras me cruzo de brazos.—Es que… —Katia hace una pausa para seguirse riendo— , debieron ver sus caras, no puedo con eso.—Hicimos la mejor actuación de nuestras vidas —Continua Mateo— , nos ganamos un Oscar.—Un golpe es lo que te vas a ganar si te sigues riendo —refuta Álex.—Ustedes dos son igualitos —alega Katia—, igual de gruñones, por eso se llevan tan bien.—Y ustedes dos son igual de insoportables —Agrego.Soltamos una carcajada.—¿La broma estuvo bien buena o lo van a negar? —Habla Mateo.—¿Te querías morir cabrón? —responde Álex.—Oye sí, eres un cavernícola, me querías dejar viuda —Comenta Katia.—Me querías manchar la ropa de sangre, imagínate yo todo destripado ahí, me dañas el atuendo.Soltamos una carcajada.—O s
¡Estúpida tú!Capítulo 13.El príncipe Gruñón y la princesa Mocosa fueron obligados a convivir juntos en el mismo reino, él la aborrecía al igual que ella a él, no se podían ver ni en pintura, es que dos personas con un agujero tan grande en el alma eran incapaces de sentir empatía por alguien más.—¿Papá, qué más pasó? —indaga mi pequeño muy interesado.Álex continúa. Yo cierro los ojos, lo escucho muy atenta.Él observaba desde lejos a la princesa Mocosa, por alguna razón había algo en ella que llamaba su atención. Sus ojos, eran tan hermosos, los más hermosos que él había visto en toda su vida. No solo eran sus ojos, era todo eso que podía ver en ellos, algo que nunca antes había visto.—¿Papi, cómo eran sus ojos? —inquiere mini Álex.Álex suelta una risita y le acaricia el pelo.Mini Álex lo interrumpe.—¿Cómo los ojos de mamá, verdad? —pregunta.—Sí cariño, la princesa tenía el mismo color de ojos que tiene mami.Le responde con ternura y prosigue.El azul inmenso y profundo del
¡ESTÚPIDA TÚ!Capítulo 14.Narra Álex.Después de colgar la llamada empiezo a empacar mis cosas de mala manera. Mateo entra a la oficina y me mira con curiosidad.—¿Ahora qué bicho te picó?Lo fulmino con la mirada, él levanta las manos y retrocede.»Ok, por lo que veo estás de mal humor, tienes el periodo, mejor me voy.Empieza a retroceder con una estúpida sonrisa en el rostro. Termino de recoger mis cosas, me pongo mi abrigo y paso por su lado.—Si supieras la razón de mi enojo no estarías sonriendo como un estúpido —alego.Eleva una ceja y me mira confundido, recoge su maletín y me sigue.»Yo me entiendo solo.Apresuro el paso, Chloe se despide con una sonrisa cuando me ve pasar, yo solo muevo la cabeza y continúo caminando. Toco los botones del elevador al tiempo como si con eso se fuera a abrir más rápido. Escucho a Mateo despedirse de Chloe.—Hasta mañana, el señor gruñón está de mal humor, ya lo conoces.Suelta una risita, se posiciona a mi lado, cuando el elevador se abre en
¡Estúpida tú!Capítulo 15.No puedo parar de reírme cuando Álex me cuenta lo que pasó con el chef. Ahora entiendo la expresión de su rostro. Álex marcando su territorio, amo a ese hombre. La noche termina de maravilla, lo que empezamos en mi oficina lo terminamos en nuestra habitación, me encanta que me castigue de la manera en la que lo hace.…Llego muy temprano al restaurante, debo terminar la reseña que tengo pendiente. Tengo que dejar cualquier detalle organizado para poderme ausentar, ya que tengo encima el cumpleaños de mini Álex y todo lo referente a su fiesta.Estoy hablando con Thomas, quién se disculpa nuevamente por lo sucedido el día anterior. Ya no me dice Paola, ahora soy la señora. Le recuerdo una de las recomendaciones más importantes y estrictas de este lugar y es referente a la constructora FC. Son nuestros clientes más fieles siempre que hay un evento nosotros nos encargamos de la comida, incluso la comida de los ejecutivos cuando lo solicitan.Sophia ya le expl
¡Estúpida tú!Capítulo 16.Baja y sube lentamente su mano por mi espalda, pega su frente a la mía.—¿Por qué no me llamaste? —pregunta con el ceño fruncido. Retrocedo, me paso las manos por la cabeza bajándolas hasta mi cuello.—Solo fue una pesadilla —susurro.Doy la vuelta y empiezo a caminar hasta llegar a la terraza, Álex me sigue.—¿Una pesadilla? —Se posiciona a mi lado— . ¿ Y lo del centro comercial? El niño ya me contó.Lo miro unos segundos y luego vuelvo la mirada al vacío. —Que comunicativo me salió ese niño.Trato de sonreír, pero Álex sigue molesto esperando una maldita respuesta. Apoyo las manos en el barandal y agacho la cabeza, respiro profundo varias veces, luego suelto todo el aire que contenía acompañado de un par de lágrimas, frunzo los labios y suelto.—Tengo miedo, por alguna extraña razón tengo esa maldita sensación.Álex me toma de las manos y me mira.—¿Qué fue lo que soñaste?Mis labios empiezan a temblar, Álex me rodea con sus brazos acercándome a su