¡Estúpida tú!Capítulo 18.Empacamos nuestras cosas y salimos camino a nuestro lugar secreto. Siempre que desaparecemos dejamos un número de teléfono exclusivo para una emergencia, porque nuestros celulares permanecen apagados. Ese número se lo dejamos a nuestros amigos, ellos saben que nos desconectamos de todo, pueden llamar solo de ser necesario.Siempre han tenido la curiosidad de saber a dónde vamos, siempre les decimos lo mismo, a desconectarnos de todo. Incluso ellos lo hacen a veces, imaginamos que también tienen su lugar secreto.Nos dirigimos a Long Island, Nueva York, un pequeño pueblo. Luego de una hora y diez minutos hemos llegado, la casa traduce el pasado agrícola del lugar a un lenguaje arquitectónico único.Una moderna casa de campo a las afueras de Nueva York, creada hace dos años por el mejor arquitecto, Álex Fernández. Queríamos tener un lugar para los tres, un lugar tranquilo alejado de todo, vaya que este lugar es maravilloso.Y ni hablar de las cosas maravillos
¡Estúpida tú!Capítulo 19.Narra Álex.Hoy elijo un traje negro, sin corbata, peino mi cabello, un poco de loción y listo. Termino de organizarme para asistir a la dichosa fiesta. Mi hermosa esposa hoy luce espectacular, ese vestido le queda perfecto, un adorno que resalta mucho más su hermoso cuerpo y su belleza. Hago que gire sobre su propio eje, puedo decir que acabo de tener un orgasmo visual. Le queda perfecto ese vestido, hoy ella será la sensación de la fiesta, hoy por fin le voy a cerrar la boca a ese imbécil, por fin le presentaré a la señora Fernández y le voy a dejar muy claro que lo mío es mío y no se mira.Le doy un beso en la frente, no quiero arruinar su maquillaje.—Nena, te ves jodidamente hermosa, bueno mucho más de lo que eres.Ella me regala una sonrisa, me pierdo en sus ojos bipolares que hoy brillan mucho más.—Usted también está muy guapo, señor Fernández.—Acabo de tener un orgasmo visual —muerdo mi labio inferior—, ya te vi el vestido puesto, ahora muero por
¡Estúpida tú!Capítulo 20.Narra Mateo.¡Advertencia capítulo con alto contenido +18 🔥No cabe duda que Álex está mal de la cabeza, Alexander se está bebiendo hasta el agua de los floreros. Mientras, Álex baila con Paola con una sonrisa de maldad dibujada en su rostro. Yo decido disfrutar de la misma manera, bailo con mi terroncito que hoy luce hermosa, trae un vestido blanco sin mangas, ajustado con lentejuelas en los bordes a la altura de los muslos, resaltando su bella figura. Se ve tan hermosa, mucho más cuando sonríe de la manera en la que lo hace.Dejo a Katia sola un momento para ir al baño, luego cuando regreso la busco con la mirada y veo un tipo junto a ella, le está ofreciendo algo de tomar. El tipo la mira de una manera descarada, yo trato de ser paciente, pero cuando se trata de mi esposa se me sale el Chucky que llevo dentro. Me acerco y el tipo sigue sonriendo, miro la copa que trae en las manos y creo que me quedaría pequeña para meterlo ahí de cabezas.—¿Pasa a
¡Estúpida tú!Capítulo 21.Martes.Hoy tenemos un evento en la escuela de mini Álex, harán un pequeño festival donde los niños participarán en diferentes actividades, el evento empieza a las 12:00 pm. Paso al restaurante a organizar algunas cosas. Álex queda de pasar por mí para irnos juntos a la escuela, miro mi reloj y son las 10:00 de la mañana, así que decido adelantarme y darle una sorpresa, pasar a la empresa a recogerlo.Salgo del restaurante con una sonrisa, ya que él no tiene idea que voy por él. Luego de unos minutos y un tráfico relativamente tranquilo he llegado al edificio, esta vez entro por la puerta principal, todos me saludan amablemente, correspondiendo con un asentimiento.Mientras espero el elevador saco mi celular y escribo un mensaje.Hola mi gruñón, ¿cómo va todo?Casi al instante recibo una respuesta.Hola Nena, todo bien, estoy revisando unos planos ¿y tú?Sonrío.Con unas ganas enormes de verte.¿Solo de verme?Y de besarte…Muerdo mi labio inferior.Solo t
¡Estúpida tú!Capítulo 22.Salimos de la oficina cuando nos topamos en el pasillo a Mateo y Katia. Katia lleva su cabello revuelto y su ropa arrugada, cruzamos miradas y soltamos una risita, no quiero imaginar que hacían en esa oficina.—¿Y tú qué haces aquí? —Indago con una sonrisa maliciosa.Se pasa las manos por el vestido estirando sus arrugas, luego se las pasa por el cabello.—Vine a traerle el almuerzo a mi terroncito —responde con una sonrisa.—Ajá, ¿y qué tipo de almuerzo? —inquiere Álex mientras sujeta su barbilla.—Pechugas de pollo a la plancha —responde Mateo y mira a Katia.Soltamos una risita. Álex desliza su mano por mi espalda.—Bueno, nosotros nos vamos — Mira a Mateo—, sigue disfrutando de tus pechugas.Suelta una carcajada. Mateo mira a Katia y luego la abraza.—Mi terroncito se tiene que ir, porque yo sí trabajo —Suelta una carcajada.Álex deja una palmadita en su hombro y sonríe.—Entonces trabaja esclavo, trabaja.Soltamos una carcajada y empezamos a caminar,
¡Estúpida tú!Capítulo 23.Narra Álex.Tengo que salir de este lugar antes de cometer una locura, inhalo y exhalo tratando que el aire me purifique, trato de pensar con claridad, pero es muy difícil.Katia suelta aire por su boca, me mira con los ojos llenos de agua.—¡Álex, todo tiene que tener una explicación! Tenemos que escucharla, Paola no me haría algo así —hizo una pequeña pausa—, Mateo no te haría eso.Katia pasa saliva tratando de deshacer el nudo que se forma en su garganta.—¡Espero que todo esto tenga una puta explicación coherente! si no le romperé todos los putos huesos a Mateo.Katia se pasa las manos por el pelo y respira profundo.—¡Vamos Álex, los conocemos de toda la vida, ellos jamás nos fallarían!La miro fijamente y respondo sin expresión alguna.—También quiero creer eso.Levanto la mirada y veo a Mateo, está descalzo, con una toalla en torno a su cintura en medio de la calle.—¡Álex, Katia! —exclama—, tienen que escuchar, por Dios, ustedes me conocen, Álex —me
¡Estúpida tú!Capítulo 24.Decido irme a casa, empiezo a recoger mis cosas.—¡Yo me voy contigo! —habla Katia mientras recoge sus cosas.Me detengo en la puerta y espero. Nos despedimos de Sophia, como siempre ella queda a cargo. Salimos del restaurante.—Vamos por Matt y luego nos vamos a tu casa —comenta Katia mientras busca las llaves de su auto—, así no te quedas solita. Por inercia giro la cabeza y levanto la mirada, entre un número determinado de personas creo ver algo, mejor dicho a alguien observándome, esta vez no sentí esa fea sensación.—¡Paola! —exclama Katia—, ¿qué te pasa, me estás escuchando?La tomo del brazo, Katia me mira con un gesto de confusión.—¿Ves ese camión de allá? —señalo con la mirada.Ella me mira y asiente.»Creo que ahí hay una persona mirándome.Ella abre sus ojos y levanta la mirada.—¿Hombre o mujer? —susurra.—No lo sé, no se ve bien.Katia mira a todos lados cerciorándose que no venga ningún auto y entonces sin esperarlo cruza la calle y empieza
¡Estúpida tú!Capítulo 25.—Hola cariño —saludo. —Nena, ¿cómo va todo?Álex frunce el ceño y hace una mueca de asco.»¿ Y esas flores? Están horribles.Katia y yo cruzamos miradas.—Tampoco están tan feas —comenta Katia.—Feas, eso es poco, son asquerosas. Que pésimo gusto tiene la persona que te envió eso, espero no haya sido Mateo.Katia me mira, se despide de Álex y se posiciona frente a mí de manera que Álex no puede verla, susurra tan bajo, pero aún así puedo leer lo que dice. —Si supiera que no tiene tan mal gusto ya que intentan conquistar a su mocosa.Suelta una risita, yo solo frunzo el ceño.—¡Nena!Vuelvo a mirar la pantalla. Trato de sonreír, pero me sale una sonrisa demasiado falsa, tipo así como cuando tratas de tomarle una foto a tu hijo y le dices que sonría, ellos sonríen de tal manera que parece que los estuvieran obligando. Álex me sigue mirando con el ceño fruncido, como si sospechara algo, me conoce demasiado bien. Cierro la puerta y me siento en mi silla, resp