Capítulo ciento cuatro: Lo único a mi favor "Narra Sofía Galanis"Me le tiré encima a la zorra, la agarré por su pelo rubio oxigenado y tiré de él. Varios trataron de detenerme y solo mi marido pudo separarme de ella. Pude ver en mis manos que me llevaba hebras de cabello entre los dedos mientras la loca gritaba histérica.—¡Sofía, cálmate! —Apolo me tomó de las mejillas mientras me acariciaba los mechones de pelo que me caían sobre la cara—. Por favor, tienes que calmarte. Puedes hacerle daño a la bebé—¡Quiso matarla! —exclamé y las lágrimas comenzaron a salir de un momento a otro—. ¡A nuestra hija!—Lo sé —me abrazó mientras yo lloraba a mares. Simplemente no podía controlar el llanto—. Lo sé. Ya no podrá tocarte jamás, lo prometo. Lo siento de verdad, Ciro, pero tuve que entregarle la evidencia a la policía. No podía dejar ese crimen impune… aunque me odies.—No te odio, hijo —alcancé a escuchar al señor Paladios en medio de mis sollozos. Yo me sentía como cansada, como que no er
Capítulo ciento cinco: Pequeña diosa griega y visita no grata"Narra Apolo Galanis"Tomé una manta de una de las habitaciones y dirigí a mi esposa hacia el jardín donde se encuentra una hamaca. Nos acostamos, miramos las estrellas y nos contamos momentos al azar importantes de nuestra vida.—¿Alguna vez imaginaste casarte y tener una familia con la mujer que creías que te había drogado para que te acostaras con ella? —me preguntó y la verdad es que no.Nunca me imaginé que ese día me encontraría con esta hermosa mujer y que más tarde esa mujer se convertiría en mi principal motivo para vivir. Porque sí necesito a Sofía. Sin sus locuras y sus comentarios sarcásticos mi día es frío y amargado como yo. Antes vivía conforme con eso, pero ahora que descubrí su mundo lleno de color, no quiero más el sombrío en el que vivía. Quiero que su luz siempre aleje mi oscuridad. Desde que ella llegó todo cambió. Yo era arrogante, petulante, incluso conflictivo y ella fue cambiando sin darse cuenta to
Capítulo ciento seis: Dolor por partida doble "Narra Sofía Galanis"No podía creer que después de cinco meses fuera capaz de pararse delante de mí. No sabía qué quería, pero tampoco me interesaba. No tenía nada de qué hablar con él. —¿Qué haces aquí? —decidí preguntarle para salir de esto lo más rápido posible.—Vine a verte, Sofía. Hace mucho que no nos veíamos y no me gustó cómo quedaron las cosas entre nosotros —dice con una voz melosa y no le creo una palabra.—¿Y has esperado cinco meses para decidir eso y venir a verme, cuando vivimos en la misma ciudad? —pregunté con un evidente tono sarcástico en la voz. Tal vez el desdén en mis palabras servían para ocultar el dolor que me causaba comprobar una vez más que nadie de mi familia valía la pena.—Yo… te echo de menos —mis defensas se quebraron con esa simple frase. Cerré los ojos mientras me regañaba por lo tonta que era al dejar que él llegara hasta mí y consiguiera afectarme—. Y te necesito, hija. Estoy metido en un lío finan
Capítulo ciento siete: Nadie como yo "Narra Sofía Galanis*Sus deditos se pegan a mi piel en tanto su pequeña boca succiona con avidez y yo no puedo hacer otra cosa sino contemplarla embobada. Es tan hermosa, tan... perfecta. —Lo es —escucho la voz de mi esposo y entonces, me doy cuenta de que he pensado en voz alta—. Es hermosa y perfecta... como tú. Apolo se acerca a besar su cabecita y luego mis labios, para más tarde continuar observándola juntos. Así llevamos horas y creo que lo estaremos por otras más. Nuestros ojos simplemente no pueden apartarse de ella, de ser maravilloso que hemos creado juntos. —Me cuesta creer que un ser tan puro y precioso haya venido de mí —declaro conmovida con unas silenciosas lágrimas asomando mis mejillas de manera repentina—. Es... es... —Increíble —culmina la frase por mí, aunque presiento que esa palabra se queda corta para describir el montón de sensaciones que me corroen—. A mí también me lo parece. Hemos hecho magia juntos, querida esposa.
Capítulo ciento ocho: Unidos por el Destino "Narra Sofía Galanis"Por muchas veces que le escuche confesarme su amor, aún me sigue sorprendiendo como el primer día. Me cuesta crees que después de darme tantas veces contra la pared, haya encontrado la felicidad con el desconocido con el que me vi involucrada por culpa de mi despreciable hermana. Mi vida era un completo desastre... hasta que llegó él para ordenar las piezas paso por paso. Por supuesto, para llegar ahí primero tuvo que poner mi mundo de cabeza. »Tú y yo estamos unidos por el destino, Sofía Galanis —una mano se posa sobre mi clavícula, palpa, acaricia y comienza a bajar con una tortuosa lentitud hasta detenerse en la unión de mis pechos. Allí, extiende sus dedos en toda su amplitud para abarcar la mayor cantidad de terreno posible—. Después de haberme conocido, no encontrarás a nadie que te perturbe con su simple presencia. Atrapa la cima de uno y masajea a su antojo y mientras que la otra mano sostiene mi peso, su bo
Capítulo ciento nueve: Alguien me está siguiendo“Narra Sofia Galanis”Siento un recorrido de besos en mi piel y sonrío aún somnolienta. Me estiro antes de dar una vuelta en la cama para quedar boca arriba, con el cuerpo de mi esposo encima. —Buenos días, querida esposa —dice antes de tomar mi boca con el hambre matutino activo.Mis manos recorren su espalda desnuda en tanto su entrepierna dura como una roca roza la mía anhelante. Ni siquiera he despertado del todo y ya le deseo.Desde que conocí a Apolo Galanis muchas cosas en mi vida cambiaron y terminé descubriendo una Sofia que no tenía idea de que habitaba en mí. Hoy soy más madura, decidida, segura de mí misma, una excelente madre y sí, también soy una depredadora sexual hambrienta de mi marido.No quiero juegos preliminares, esta mañana me encuentro lo suficiente desesperada como para ser torturada con sus lentas caricias. La cuarentena oficialmente ha llegado a su fin y a mí me apetece algo rápido y potente y se lo demuestro
Capítulo ciento diez: Mensajes de amenaza“Narra Sofia Galanis”Mi suegra continúa hablando sin parar y yo la sigo detrás a paso lento ignorándolo todo. No puedo explicar lo que siento, pero es la sensación más horrible que he experimentado nunca. Entramos a la tienda y la señora Cassia comienza a tomar prendas al azar para tirármelas encima y luego animarme a probármelas. Es cuando estoy en el vestidor que mi móvil suena con una notificación. Medio desnuda, reviso la pantalla y entonces me encuentro con un mensaje que no tiene ni pies ni cabeza, pero me pone los pelos de punta. "Si mi hija no puede ser feliz, tú tampoco lo serás."Puedo reconocer el número y por ello un escalofrío me recorre el cuerpo de pies a cabeza antes de que empiece a temblar.—¿Se puede saber qué haces, Sofía querida? —cuestiona mi suegra desde fuera—. Llevas media hora para probarte un par de vestidos de cóctel nada más.Me coloco la ropa de inmediato y sin probarme nada, salgo del vestidor. —¿Por qué est
Capítulo ciento once: Recoges lo que siembras“Narra Apolo Galanis”Vi que las piernas de mi mujer flaquearon y yo me agaché para sostenerla y hablarle. Sin embargo, ella no reaccionó. Tenía casi la certeza de que se había quedado en shock. —¿Por qué no me lo dijiste antes? —preguntó muy bajito—. ¡Tenías que decirme!Del grito y la rabia repentina pasó al llanto desconsolado.—Sofia —la llamo y ella se gira. Entonces, la abrazo y la invito a sentarse junto conmigo sobre la cama—. Sé que te duele todo esto y que para ti es un golpe difícil de superar, pero necesito que te tranquilices. Pérdoname que te lo diga, pero no te voy a engañar: nadie de tu familia se merece un mínimo de consideración. Y tú apenas vienes de dar a luz. Cualquier disgusto podría perjudicarte a ti y a la niña. —Pero…—Dicho esto —no la dejé hablar—, me estoy ocupando de todo. Tu hermana está en el mejor hospital de Londres y con las mejores atenciones. Aunque tu padre no se lo merezca tiene un gran equipo de abo