Capítulo uno: ¡Hay alguien en mi cama!
“Narra Sophia Wilson”
El despertador suena como cada mañana, pero mis ojos se niegan a abrirse. Siento como si no hubiera dormido en años, claro que debe ser por la juerga de anoche. Ha sido un cumpleaños bastante... diferente y todo gracias a mi hermana.
Un dolor agudo me recorre el cuerpo y me doy la vuelta sobre la cama para acomodarme mejor. Sin embargo, cuando mi mano tropieza con algo duro, me detengo en el acto. Hay alguien en mi cama...
«Seguro es Archie».
Solo puede ser él. El último recuerdo que tengo de anoche es buscar su habitación y... se me distorsiona la realidad.
Alzo una mano buscando el interruptor de la luz, no obstante, alguien más termina haciéndolo por mí.
—Buenos días, cariño.... —mi boca se congela al mismo tiempo que abro los ojos como platos antes de gritar histérica.
No es mi novio a quien tengo frente a mí con el torso desnudo. Ni siquiera lo conozco.
—Por lo general no suelo tener ese efecto en las mujeres —le escucho gruñir entre dientes.
—¿Quién eres tú? —cuestiono de inmediato—. ¡¿Y por qué estás en mi cama?!
De pronto, reparo en su figura... ¡está desnudo! Y yo... ¡joder, yo también!
Tiro de la sábana a la velocidad de la luz para cubrirme.
«¿Qué demonios sucedió anoche?»
Mi mente es un completo desastre. No consigo recordar lo que pasó en absoluto. No obstante, siento la sangre abandonar mi sistema en cuanto veo las manchitas sobre las sábanas.
«No»
Esto no puede estar pasando. ¡No puedo haber tenido sexo con un desconocido! ¡No puedo haber perdido mi virginidad con él!
—¿Qué pretendes? —la voz del sujeto con acento extraño interrumpe mis pensamientos de manera brusca.
—¿Perdona?
Él simplemente sonríe antes de ponerse en pie para vestirse. Todo cuanto transmite su postura es frialdad, una que me cala los huesos.
«No me gusta».
«Pero tiene un físico de muerte», salta una vocecilla en mi cabeza que apago de inmediato.
Suelto un pequeño gemido al ver un poco más allá de la pelvis y giro sobre mis pies azorada.
—No finjas conmigo, preciosa, que ya has tocado todo esto hace unas horas.
—No, yo no... —soy consciente de que el color regresa a mis mejillas hasta sonrojarme con intensidad—. ¿Qué sucedió exactamente?
—¿No te acuerdas? Déjame refrescarte la memoria...
No veo venir su agarre en la mejilla, ni mucho menos el pellizco en la barbilla.
—¡Déjame ir! —exclamo atemorizada.
Entonces, para mi sorpresa, él me libera como si nada hubiera sucedido antes de mirarme por encima del hombro.
—Patético —murmura, dejándome alucinada—. Te daré dos minutos para que te vistas y dejes mi habitación.
¿Pero qué...?
Sin perder un minuto más recojo mi vestido del suelo para vestirme a toda prisa.
Todo parece indicar que he pasado la noche con un desconocido, pero yo he venido por...
—¿Dónde está Archie?
—¿Quién?
—Mi novio. Mi hermana me dijo que estaba aquí...
Escuchando mis propias palabras me doy cuenta de lo ridículas que suenan.
«Emma», ella tiene la culpa de esto. Estoy casi segura.
—Eres buena actriz, pero yo las he conocido mejores —me quedo clavada en mi sitio como una estatua mientras él saca un bolígrafo y escribir algo para después entregarme un trozo de papel—. ¿Es esto suficiente?
Un cheque. El muy imbécil me ha entregado un cheque. Como si yo fuera una... una p....
Ni siquiera tengo el valor de decirlo.
Recorro al sujeto de pies a cabeza y tras tomar una profunda respiración y contener el aire, le aguanto la mirada, con un valor que jamás he sentido antes.
—No, no es suficiente. Ni con cien de estos —ni siquiera miro la cifra. Sencillamente rompo el cheque en dos trozos y abro mi bolso para sacar el primer billete que encuentro—. Creo que esto cubre tus servicios. De hecho, puedes quedarte el cambio. Agradezco enormemente no recordarlo.
Sin más que decir, doy media vuelta para luego salir disparada de esa habitación del demonio.
Necesito encontrar a mi novio. ¡Dios mío! ¿Cómo demonios voy a explicarle esto?
—¿Qué diablos me has hecho, Emma?
Si mi hermana tiene algo que ver en esto, juro que va a conocer mi peor cara. Esta vez no se la dejaré pasar.
Capítulo dos: Me han tendido una trampa“Narra Apolo Galanis”—Detén el video —ordené mientras arrugaba los billetes de euros que aún guardaba en las manos. En toda Europa había visto mujeres valerse de cualquier artimaña para meterse en mi cama. Sin embargo, esta deconoida era diferente. No solo había logrado acostarse conmigo, sino que encima se había atrevido a humillarme.De solo pensarlo apreté los dientes.—No tenemos nada, señor —me avisó mi secretaria—. Hemos revisado todas las cámaras e vigilancia del hotel, pero al parecer han sido manipuladas. Alguien le ha dado la llave de la habitación y señor… —la rubia me observa comedida—, la botella de whisky del mini bar está alterada.—¿Me drogaron? —exclamo incrédulo—. ¡Me han tendido una trampa! —Tienes que haber sido de Rudolph Enterprises. —Sí —coincido—. Lo hicieron para sacarme del juego. Pero lo llevan claro —me froto la frente, todavía sintiendo los efectos de la bebida—. Doblaré la oferta de compra de las acciones de la n
Capítulo tres: El desconocido es mi jefe“Narra Sofía Wilson”—Eres una desvergonzada —me señaló mi padre, tirándome las fotos encima al mismo tiempo que yo seguía estática del asombro—. ¡¿Cómo pude tener una hija como tú?—Papá —tragué saliva buscando las palabras que me habían abandonado—, puedo explicarlo…—¿Qué me vas a explicar? ¡Las fotos lo dicen todo! No esperaba que mi madrastra y mi medio hermana fueran tan crueles, que se atrevieran a semejante bajeza. Sin embargo, lo que más me dolía era la actitud de mi padre. Ni siquiera me daba la oportunidad de justificarme. No dije nada. No tenía nada que decir. Él ya me había crucificado. Además, siendo Emma su niña bonita, no me creería cuando le dijera que había sido ella precisamente quien me había tendido esta trampa. Quise gritar, patalear, esfumarme en el acto. ¿Por qué me pasaba eso a mí? Apenas ayer era una muchacha llena de sueños, celebrando su cumpleaños y emocionada por reencontrarse con su prometido. —No importa lo q
Capítulo cuatro: La arpía es mi empleada “Narra Apolo Galanis” Escuché un ruido y entonces, al alzar la vista, vi a la empleada tendida en el suelo. ¡Lo que me faltaba! Bonita forma de empezar el día. Mi secretaria corrió a socorrer a la joven y tras un resoplido, rodeé la mesa para alcanzarla. —Avisa a uno de los choferes y llama al hospital —ordené sin llegar. No obstante, cuando me agaché para ver a la empleada, abrí los ojos de par en par—. ¡La madre que…! Había pasado un mes y su aspecto era diferente al de la mañana en que la conocí, pero era ella. La mujer que se había metido en mi cama bajo artimañas. ¡Qué hacía aquí? ¿Trabajaba en mi empresa? ¿Era una infiltrada de la competencia, por eso se había unido al complot para sacarme de juego hacía un mes? La cabeza me ebullía con tantas preguntas acechándome. Sin embargo, no dudé en tomar su cuerpo inconsciente en brazos. Si de verdad era una infiltrada, no le dejaría acusarme de violar los derechos de los empleados. —Prepara
Capítulo cinco: Embarazada“Narra Apolo Galanis”—¿Acaso has enloquecido? —pregunté en un bufido—. ¡Por ningún motivo! Esa mujer y su hijo no…—Tu hijo, Apolo —me interrumpió para corregirme—. Ese bebé probablemente sea tuyo. Has hecho lo que has querido todos estos años y me llena de orgullo ver cómo el imperio Galanis ha crecido bajo tu mando…, pero no voy a ceder con respecto a esto. ¡No vas a darle la espalda a tu propia sangre!—¿Quieres que esa mujer tenga al bebé? —bufo—. Alguien me drogó para que pasara la noche con ella. Estoy casi seguro de que trabaja para Rudolph Enterprises, ¡nuestros enemigos! ¿Lo entiendes?—Eso no cambia el hecho de que ese niño existe. ¡Mi nieto!—¡Es una desconocida! —exclamo superado por la situacion. ¡Joder, ¿por qué tenía que aparecer?! ¡Maldita mujer!—. ¿Cómo quieres que me case con una extraña? ¡¿Una ventajista?!—Es mejor que seguir como un célibe sin ataduras ni sentimientos —me señala de manera acusatoria—. No haces más que dar pie a las habl
Capítulo seis: ¡Cásate conmigo!“Narra Sofia Wilson”Levanté la cabeza y reprimí las lágrimas. Sabía que él también era una víctima de las fechorías de mi hermana, pero lo que me había dicho aquella mañana extinguía cualquier clase de simpatía hacia él. Y lo que decía ahora… ¡Estaba loco!—¿Prueba de ADN? —cuestioné incrédula—. ¿Casarnos?—Es lo que he dicho. No tengo complejo de eco.>, pensé.—¿Y si me niego a cualquiera de las dos?Una me parecía más absurda que la anterior.—Podemos hacer esto a las buenas o a las malas, aquí en el hospital o en una corte frente un juez —estipuló con una prepotencia que me hizo temblar. Era más imponente de lo que lo recordaba—. Pero de igual forma lo haremos, tú decides.Mi cerebro y mis emociones eran un desastre y este hombre venía con semejante exigencia —o amenaza en todo caso—. Me llevé las manos al vientre plano por puro insinto. No hacía ni una hora que sabía del bebé, pero lo quería, era una parte de mí y… era inocente. ¿Qué
Capítulo siete: Mi hermana es una víbora“Narra Apolo Galanis”Ella parecía dudar mientras se quedaba en trance. Sin embargo, al final me observó con la expresión rendida.—No tengo opción, ¿cierto?—No —respondo y no me dejo llevar por su actuación. ¡Maldición, es buena!—. Vas a tu casa a recoger tus cosas y te mudas —dispuse sin dejar espacio a réplicas.—¿Qué? —ella me miró asustada.—¿Tienes algún problema con ello? —enarquée una ceja inquisidora—. ¿De verdad quieres irte a vivir con la familia que siquiera te ha visitado en toda una semana?—No, yo… Bueno… —no hacía otra cosa excepto balbucear y mirar el suelo como si la vida se le fuera en ello. Me estaba impacientado—. No me conoces, soy torpe, sencilla. No sé si pueda acostumbrarme a un palacete tan inmenso como el tuyo y es obvio que no me soportas, apenas puedes verme… Tal vez lo mejor sea que me vaya a vivir sola hasta la… boda. —¡Ni hablar! Ese niño es mío, es un Galanis y mientras tú lo cargues, no pienso perderte de vis
Capítulo ocho: Traicionada“Narra Sofía Wilson”Me quedé atónita, me sentí débil y apneas fui consciente de que la maleta caía de mis manos al suelo. No podía ser. No era posible… ¿Cómo?—No… —me oí decir—. Tú no puedes…—Oh, sí —ella seguía sonriendo—. ¿Quieres saber más? Esa noche, mientras tú te acostabas con el tipo del hotel… —se acercó a mí y fui vagamente consciente de que me arrebataba el muñeco de las manos—, yo estaba con Archie… en la cama.—Es mentira —murmuré—. ¡Estás mintiendo!—Y hay más —cuando se llevó una mano a su estómago sentí que me desmayaría en cualqjier momento—, estoy esperando un hijo suyo. —No…—Estaba con él, hermanita, incluso cuando estaba contigo. Se enamoró de mí —cada palabra que salía de su boca era una espina venenosa que se me clavaba en el pecho—, y por eso me eligió. Espero que seas feliz en tu nuevo matrimonio, aunque lo dudo —se rió—. Archie y yo te invitaremos a la nuestra y te aseguro que si seremos muy felices.Estaba destrozada. Yo estaba
Capítulo nueve: Mi esposa en toda regla"Narra SOfia Wilson"Una parte de mi ser quería hacerlo, pero al final la tonta ingenua ganaba. Por alguna razón, por inexplicable que fuera después de todo lo que me había hecho, yo seguía queriendo a Emma. Era mi hermana, llevábamos las misma sangre… Simplemente no podía, porque yo no era ella, no me le parecía en nada.Sacudí la cabeza con una sonrisa amarga.—No, eso ya no es asunto mío —dije por fin, suspirando apesadumbrada—. Lo que haga o deje de hacer mi familia no me importa. No quiero saber de ellos.—Si así lo quieres —murmuró con un extraño tono y algo en mi interior me dijo que él ya tenía sus propios planes. —¿Puedes llevarme a la habitación? —le pedí sin muchos ánimos—. Estoy cansada.No era mentira. Había sido un día cargado de demasiadas emociones, tenía muchas cosas en las que no quería pensar, pero que no podía dejar de hacerlo. El matrimonio falso, la noticia del bebé que todavía no había asimilado, mi hermana con sus patrañ