[…] ―¿Qué estás haciendo? ―Aurora dio unos cuantos pasos y se detuvo delante de Hande. ―Vine a ver mi suegra… perdón, quiero decir, ex suegra ―su cara tenía una expresión divertida. Pero Aurora era todo lo contrario. ―Dirás, viniste a ver tu obra, porque todo esto es tu culpa. Tú fuiste quien pu
CAPÍTULO 39 Después de que Aurora se fuera, Logan llamo a Hande. ―Está hecho. ―Perfecto ―dijo ella con una sonrisa ―Ya verás cómo nuestro plan tiene éxito. ―Más te vale ―gruño Logan ―Porque si falla, tú serás quien pague las consecuencias. ―Solo espera. Aurora correrá a tus brazos. Hande colgó
CAPÍTULO 40 Aurora siguió marcando el número de Jonathan desesperada, pero seguía sin obtener respuesta. Nerviosa, llamo de inmediato a Daniel. ―Aurora. ―¿Puedes comunicarte con Jonathan? Del otro lado, Daniel apenas estaba terminando de vestirse, se preocupó cuando escucho la voz nerviosa de s
CAPÍTULO 41 Renata estaba comenzando a impacientarse, miro a su nuera y le pregunto por tercera vez. ―¿Estás diciendo que mi hijo no vino a visitarme porque tiene mucho trabajo en la empresa? ―Sí ―Aurora se mantuvo firme en su versión, le llevo un poco de agua y la píldora prescrita por el doctor
―¿Estás seguro de que no te hago daño? ―Ya te dije que no, cielo. ―Es que… ―se irguió y le dio una mirada reprobatoria ―¿Por qué te saliste del hospital? Apenas paso una semana del accidente, temo que… Él la jalo de nuevo a la cama y la abrazo. ―Me siento bien, y no quería estar un segundo más e
CAPÍTULO 42 En el hospital, Aurora se retorcía las manos mientras esperaba los resultados. Jamás había estado tan nerviosa y a la vez feliz. «Un hijo. Un mío y de Jonathan» Aún le resultaba difícil creerlo y aún más como había cambiado su vida desde que lo conoció. Todo había empezado como un si
CAPÍTULO 43 La puerta se abrió de golpe y tanto Daniel como Jonathan miraron en su dirección. El rostro de Aurora era una mezcla de decepción y tristeza. Camino hacia su marido con pasos lentos pero firmes. ―¿Así que eso es lo que piensas de mí? ―le pregunto mirándolo fijamente a los ojos ―¿Crees
―Lo lamento, lo lamento ―susurro como si fuera un mantra ―Lamento haber sido un imbécil. Esa noche, Aurora y Jonathan fueron a la cama, sin embargo, ella seguía teniendo sus reservas. Le había dicho que no lo abandonaría, pero que aún estaba molesta y que necesitaba espacio. Jonathan se dijo que al