Los ojos de Hande se abrieron al igual que los de Aurora. ―Voy a ser muy sincero contigo, mientras tú me engañabas con Lucas, yo te traicione con Aurora, y a decir verdad, solo me hiciste un favor, ya no sentía nada por ti. Lo único que hiciste fue darme una salida para poder estar con la mujer que
CAPÍTULO 10 Después de que Aurora terminara la conversación, Jonathan tuvo que controlar su impulso de preguntarle quién era. No obstante, su acuerdo parecía repetirse una y otra vez en su mente. ―¿Está todo bien? ―pregunto tentativamente, pero notando el cambio en su expresión, no es que fuera b
Ella tomaría cartas en el asunto a partir de ese momento. Con esta decisión tomada, salió del estudio y encontró a la empleada, esperando en silencio. ―¡Limpia el desorden! ―exclamo y luego subió las escaleras. Fue directamente a la habitación de Aurora y comenzó a sacar toda su ropa. Por otro l
―¡David! ¡No te permito que me hables de esa manera! Yo solo estoy tratando de proteger el buen nombre de mi familia. ―¡Madre! Ya no somos unos niños, ¿Cuándo vas a entenderlo? Ya no necesitamos de tus alas para volar. Somos hombres adultos, que pensamos y decidimos por nosotros mismos. Las cejas
CAPÍTULO 11 ―¿Y tú que haces aquí? ― Hande había salido hecha una furia de la mansión y apenas se había subido a su auto, cuando Lucas apareció a su lado. ―Tenemos que hablar, Hande ―dijo abrió la puerta del conductor y se subió. Hande lo miro furiosa, dispuesta a sacarlo de su auto, pero Lucas c
―Aurora, mi madre no te va a aceptar tan fácilmente, ya te lo había dicho en Portland, es más, ya empezó una guerra. Ella contuvo una sonrisa. ―¿Estás diciendo que lo de mi ropa fue un acto de terrorismo? Él asintió. ―Me temo que sí, y es por eso, que… ―Pues no le tengo miedo ―dijo ella decidid
CAPÍTULO 12 ―Señora Renata, la familia Ozdemir está aquí. ―informo una de las empleadas. ―Llévalos al jardín, hoy desayunaremos allí ―Renata se puso de pie con una mirada orgullosa, hoy iba a darle otra lección a su querida nuera. Había invitado deliberadamente a Hande y los Ozdemir, quería dejar
Con una mirada orgullosa y una sonrisa de suficiencia, Hande clavo sus ojos en ella, a su lado estaba su padre y su madre. Jonathan también se tensó cuando lo vio allí, Daniel y que también estaba presente le dio una mirada de que no sabía lo que estaba pasando. ―Buenos días, mama. ―dijo Jonathan c