―Te prometo que lo voy a querer como si fuera mío, nunca se sentirá solo. Sé que ese… ―¡Suficiente! ―Elliot que había intentado mantener la calma de repente la perdió. Sus ojos eran tan agudos que parecían apuñalarla. Ana Paula lo miro horrorizada, pero en su corazón estaba llena de agravio e ira.
CAPÍTULO 50 Elliot tomo el próximo vuelo, tan pronto salió de la casa de Ana Paula, durante toda la conversación, el rostro de su mujer no había salido de su mente. Ahora se sentía mejor, como si se hubiera liberado de una gran carga. Aunque le costara reconocerlo, tenía que aceptar que Ana Paula s
―¿Cuál? ―ella preguntó entre sollozos. ―Que mi mejor activo, eres tú. Si no te tengo, lo pierdo todo, amor, ¿entiendes? ―¡Oh, Elliot! ―Amara acuno su rostro y lo beso. Él obviamente correspondió a su beso y como siempre cada vez que su mujer se acercara, su cuerpo y su amigo estarían listos para
―¿Te ama? ¿Estás seguro? ―gruño sabiendo que estaba a punto de perder los estribos ―Cameron, si te amara, no nos hubieras visto follando en Italia. Cameron colocó el vaso con demasiada fuerza sobre la mesa, cerro los ojos y las imágenes de Amara en brazos de Elliot se repitieron en su mente. Con un
CAPÍTULO 51 Cuando te enamoras, todo lo que te rodea desaparece, solo tienes ojos para esa persona especial. Y Amara y Elliot, vivían en su propio mundo, un mundo donde solo ellos dos existían, donde solo había sonrisas y palabras cargadas de amor. Sin embargo, el amor no puede vivir sin confianza
……………………………………………………. Al día siguiente, fiel a su palabra, Elliot acompaño a Amara al hospital, pasaron por todo el papeleo y después fueron a que le tomaran la muestra. Ella le había dicho que podía hacerse una prueba de farmacia, pero Elliot insistió en que una de sangre sería más segura. Una ve
CAPÍTULO 52CHICAGO.―Palomita, ¿Cómo que terminar? ―el hombre abrazo a la mujer negándose a que lo abandonaran ―Tú y yo no la pasamos muy bien, siempre he cumplido tus caprichos, ¿Por qué me sales con esto de repente?Ana Paula puso los ojos en blanco y torció los labios.―Bueno, porque sí, se term
―¡Amara! ― se apresuró a arrodillarse a su lado y vio su frente perlada de sudor ―¿Qué tienes amor?―Me duele… ―gimió mientras cerraba los ojos ―Creo… creo que el bebe ya viene.―¡¿Qué?! ¡Pero si aún no es la fecha!―Señor, los niños no tiene un día exacto para llegar, lo mejor es que lleve a la señ