CAPÍTULO 20. Después de regresar al departamento, Stella todavía se sentía mareada e incómoda. ―Stella, ¿te sientes bien? ―se apresuró a llevarle un vaso de agua y le pidió que descansara. ―Sí. No es nada, debe ser el cansancio. ―No tienes buen aspecto. ¿Quieres que vayamos al hospital? Llamaré
―¿Crees que no lo sé? ¿O qué no se lo he dicho? Pero, el abuelo ha sido bueno conmigo y está delicado de salud. No me creo capaz… ―¡Ese anciano también está manipulándote! Pero tú no quieres aceptarlo. ―Mejor cambiemos de tema, ¿de acuerdo? ―Stella suspiro y tuvo una pequeña arcada. Que, por ciert
CAPÍTULO 21. Agarrando cada una su bolso, se apresuraron a bajar y subieron al auto de Mariana. Obligándose a concentrarse en el camino y no en sus sospechas, Stella apretó las manos con fuerza. Cuando el auto se detuvo en un lugar del estacionamiento, se detuvo por un segundo para respirar, aflo
CAPÍTULO 22. “¿Viste lo que acaba de suceder? Stella acaba de ser arrastrada a la oficina de Connor. ―La chica resopló ―Es una desvergonzada. Escuche que es casada, pero, le pone los cuernos a su marido con el jefe. Definitivamente, hay algunas que tienen demasiada suerte” Stella conocía a la pers
―¿Tú…? ―¿Qué haces aquí? Cristian no respondió su pregunta y, en cambio, fijo sus ojos en Mónica, quien lo miraba asustada y trataba de liberarse. ―Señor… señor Montgomery, no se deje engañar por la apariencia de esta pequeña perra, es una zorra desvergonzada que coquetea con todos en la compañí
CAPÍTULO 23. La noche anterior no pudo dormir bien, solo daba vueltas en la cama y su mente seguía pensando en Stella. Tan pronto como despertó sintió la necesidad de verla, desde que se fue la mansión es una gran casa vacía, afortunadamente, el abuelo le dio la excusa perfecta para ir allí hoy. ―
CAPÍTULO 24 «¿Por qué está tan enojado? ¿El sí puede tener una relación con Kendra y a mí no se me permite hablarles a otros hombres? ¡Descarado!» La casa ancestral Montgomery está situada en los suburbios. Toda la casa es de un estilo victoriano y sumamente lujosa. El abuelo sospechaba que la rel
Stella apretó las manos en secretos y deseo poder abalanzarse y borrar su sonrisa estúpida. ―No te corresponde a ti intervenir en nuestros asuntos ―gruño molesto ―Stella es mi esposa y si no la quisiera, no seguiría casado con ella. Espero que no repitas lo que dijiste. ―Abuelo, no te preocupes, t