Steven, empezó a disparar junto con los otros agentes, de esa manera le dieron tiempo a Gonzalo, de escapar. Cuando Alejandro, llegó y se enteró de que Gonzalo, era un traidor juro matarlo con sus propias manos.
Cuándo por fin estuvieron a salvo Nancy, se dió cuenta de que Gonzalo, sangraba mucho, así que le quitó la chaqueta y empezó a revisarlo no había nada en el helicóptero que ayudara ha curar sus heridas, solo podían esperar. Natalia, arrancó un pedazo de su falda para hacerle un torniquete y parar el sangrado del brazo, así tendrían un poco de tiempo mientras llegaban a un hospital, también le pidió a Nancy, que apretara con la chaqueta la herida que tenía en la espalda para que no perdiera más sangre, no es que fuera una experta pero algunas veces le tocó ayudar asu padre, o Alejandro, cuándo regresaban heridos.
—Si h
—¿Elisa, de verdad eres tú? ¡Wow! Que linda te ves, el señor Alberto, no te va reconocer, desde que estás aquí, es la primera vez que te veo vestida de esa manera, nada más dejá que te vea la señorita Eva, y ya verás que ojotes te echa, jaja. —Hace un año que Alberto, había traído asu casa a Elisa, ella no sabía quién era, ni de dónde venía, así que el fue quien le dió el nombre de Elisa.—¡Gracias Petra! No creo, la verdad no veo porque la señorita Eva, tendría que verme con malos ojos, ella es muy bonita. —Petra, y Elisa, estaban entretenidas en su plática, así que no se dieron cuenta de la presencia de Alberto, hasta que él habló.—¡Hola Petra! Natalia, aunque no era una de las íntimas amigas de Paola, llegó apreciarla, pues Paola, jamás se portó mal con ella, todo lo contrario siempre fue muy considerada, así que también fue a llevarle flores que dejó en el mar donde se decía que había muerto, y de paso quiso aprovechar para sacar fotos de las bellas playas, de indonesia.—¡Buenas tardes señorita! Quiere que la lleve asu hotel?. —No era normal que hubiera taxis en ese lugar, así que Natalia, rentó un carro para poderse mover, lo que no sabía era qué habría un chófer.—¿Qué..? O no gracias, manejare yo misma puedes irte y no te preocupes, toma esto para que tengas algo que hacer, no diré que no te quedaste conmigo, solo pásame tu número y te avisaré en cuanto me vaya para que regreses. —Después de que el chofer la dejara Había una posibilidad de que ella esté viva.
—¡Buenos días! Creí que anoche llegarías tarde, pero llegaste muy temprano, ¿Todo bien?. —Paola, estaba en la cocina cuando Alberto, llegó la noche anterior pero no quiso molestarlo, creyó que iba llegar tarde como él había dicho, pero llegó a las 10 pm se preguntó si para el, esa hora era tarde. —Espero, que te hayas estado divirtiendo pícaron, jaja voy al mercado con Petra, ¿Se te ofrece algo?.—¡Buen día Elisa! No, no se me ofrece nada, muchas gracias, jeje cuidense okay estaré en mi oficina si necesitas algo sabes dónde encontrarme. —Alberto, evitó la pregunta de Paola, no había pegado un ojo en toda la noche, no pudo sacarse de la mente a esa mujer, se preguntaba ¿Quién era y de dónde había venido? Después de tanto pensarlo, se fue al hotel dónde ella se estaba hospedando
Mientras tanto en Bali...—¿Dime por qué me as estado siguiendo? ¿Qué es lo qué quieres o qué buscas?. —Natalia, estaba cansada de que este hombre la siguiera y que no le dijera nada, se preguntó si era tímido, o que le pasaba. —¿Y bien?.—¡Disculpa, no quería molestarte! Es solo que tú te pareces a alguien más. —Alberto, sabía que está mujer no le creería y lo pudo comprobar por la forma en que lo miró.—Natalia, levantó una ceja se agarró el mentón y se le quedó viendo por un buen rato. —Asi, ¿Y a quién me parezco?, Eres muy extraño sabes, ¿Y bien no vas a responderme?, Te hice una pregunta.—Yo también recuerdo haberte echo dos preguntas que jamás respondiste, creo que debería hacer lo mismo que tú, ¿
—¿Qué haces aquí tan sola Elisa?, ¡Vaya! Que bien te quedó el paisaje que dibujaste, ¿Te gustaría dar un paseó, por la orilla del mar?. —Alberto, pensó en lo que Herman, le dijo, cuando estuvo en el bar, él pensaba que Paola, era muy guapa tenía unos hermosos ojos verdes, su piel se veía tan suave y tersa y para ser sincero, también veía que tenía un cuerpo de infarto, pero él solo amaba a Teresa, aunque ya no estuviera en este mundo, y ahora se había interesado por Natalia, por un momento pensó, que talvez si la hubiera conocido antes se hubiera enamorado de ella, después lo negó con la cabeza, solo la veía como a la hermana que nunca tuvo. —¿Y bien vamos?.—Okay vamos. —Paola, le guiño un ojo, mientras Alberto, estiró la mano para ayudarla a ponerse de pie, ambos se fueron charlan
Al día siguiente Paola, bajó a desayunar y se sorprendió de no encontrar cómo siempre a Alberto, esperándola. —Petra, ¿Dónde está Alberto?.—El no llegó anoche señorita, se fue con su amigo el doctor Saúl, pero no volvió, dijeron que iban al bar de Don Hermes, talvez se quedaron ahí no se preocupe por el, ya llegará más tarde, en cuanto recuerde que tiene una casa y alguien que espera por él, jeje. —Mientras Petra, decía que Alberto, volvería más tarde, Eva, que tenía rato parada en la puerta escuchado todo lo que decían, se preguntaba, ¿Dónde y con quién había pasado la noche Alberto? Así que se fue de inmediato a investigar.—Okay Petra, jaja me da mucho gusto que Alberto, este rehaciendo su vida, es bueno que sea como me has platicado que era antes.Mientra
—Cuando Paola, escuchó que Marcus, dijo su nombre, volvió a dolerle la cabeza y le vinieron recuerdos de Alejandro, dónde el se iba y luego volvía y por alguna razón le tenía mucho miedo, no lograba entender que pasaba, pero estaba segura que ya lo conocía y que su miedo se debía a qué él le hizo algo malo, en cuanto Paola, quiso escapar, resbaló y se desmayó, Alejandro, se acercó para ver si estaba bien, pero no reaccionaba, así que se la llevaron con ellos.—¿A qué veniste Marcus?. —Alejandro, estaba pensando si llevarla al doctor o adónde se estaba quedando, cuando escuchó el nombre que más odiaba.—Me informaron que Luis, Dante, y David, vienen para acá llegarán está tarde, vienen a buscar a la señorita Paola, que hacemos señor.—No lo sé Paola, apareci&oac
—Lo sabía, ¡Sabía que mi baby! No me dejaría así porque si. — Luis, no cabía de la emoción, deseaba encontrar lo antes posible asu esposa y decirle cuánto la amaba y la había extrañado. —Gracias por cuidar de ella Alberto. —Luis, siguió a Alberto, en el carro que este le había prestado, iba pidiéndole al gran yo soy, que no permitiera que le pasará nada malo a Paola, estaba impaciente después de todo este tiempo, por fin se reuniría con su amada mujer.—Bueno al parecer Pao, estuvo muy bien cuidada durante este tiempo, no te puedes quejar mi hermano ¿Qué raro es el destino no lo creen? Quién diría que Alberto, también conocería a Natalia, jaja. —David, estaba feliz de saber que su amiga estaba bien, aunque no los recordara por el momento, Alberto, les había contado lo que él d