—Cuándo llegaron Alberto, y Herman, empezaron a organizar a sus hombres, no querían que Luis, Dante, y David, entrarán con ellos, pero Luis, quería ir y nadie lo iba a detener, se trataba de su esposa así que no pensaba quedarse con los brazos cruzados. —Ustedes vayan por ahí, Luis, si algo te pasara a ti o alguno de ustedes dos no creo que Elisa, pueda perdonarme, es mejor que esperen aquí aque mis hombres o los de Herman, la traigan, estoy seguro que no será difícil rescatarla, se ve que es muy poca la vigilancia que ese hombre tiene.
—No, no voy a quedarme aquí, Alberto, agradezco que ayudarás a mi esposa y que cuidaras de ella todo este tiempo, pero no pienso esperar aquí, iré contigo o solo, pero iré. —Luis, estaba decidido, Dante, y David, también lo apoyaron.
—Veo que no puedo detenerte, está bien, solo trata de cuidarte y
Donato, y Sebastián, estaban juntos en esto, habían ido a cobrar venganza por Patricia, sin saber que ella fue quien contagió a Alejandro. Donato, solo fue porque Sebastián, le llenó la cabeza de ideas, diciéndole que Natalia, también podría tener lo mismo, que su hija Patricia. Aunque Donato, no estaba seguro de eso fue con él, ambos fueron a terminar con Alejandro.—PAOLA, VETE DE AQUÍ... tienes que salir de aquí y ser feliz por los dos, okay, prometelo, prométeme que sin importar que, tu siempre trataras de ser felíz, no importa que sea con él idiota de Luis. —Alejandro, no tenía miedo de morir eso era lo que él buscaba, lo único que lo asustaba era que a Paola, le pasara algo, esperaba que Luis, se la llevara y salieran de ahí lo antes posible, ya que el también necesitaba huir, pero antes tenía que asegurarse de que Paola
Unos meses atrás Gonzalo, había estado persiguiendo a Alejandro, pudo haberlo atrapado y entregarlo, pero no lo hizo porque Nancy, se lo había pedido, después se enteró de su enfermedad y de que Alejandro, no quería vivir más y se había encerrado en su casa, así que creyó que viviría sus últimos días tranquilo sin hacer nada malo, así que se olvidó de el, pero uno de los que estaban a su cargó no obedeció su orden y siguió vigilando cada paso que Alejandro, daba, así que fue avisarle lo que pasaba asu capitán Gonzalo.—Capitán, su protegido Alejandro, no se a portado bien ha estado haciendo de las suyas, secuestró a la señora Paola, hizo que el señor Alberto Brand, fuera a rescatarla, junto con su esposo Luis, su hermano y demás gente, sus socios llegaron también, eso al parecer no estaba pl
Ya había pasado un día entero y Luis, aún no despertaba, el doctor que lo atendía estaba un poco preocupado. Dante, le contó que estuvo en coma hace un año durante dos meses, y los doctores habían dicho que se tenía que cuidar. Porque si volvía a quedar en coma, era posible que no despertara de nuevo. Paola sintió un gran dolor en su corazón, solo de pensarlo, afortunadamente Luis, despertó dos horas después. Lo primero que hizo al abrir los ojos, fue preguntar por su esposa.—¡Hola! ¿Cómo te sientes? Puedes decirme si necesitas algo talvez yo pueda ayudarte. —Paola, no sabía que decirle o que hacer, se sentía tan extraña, decían que este hombre era su esposo y padre de sus hijos y aunque su corazón, le decía que lo amaba con todo su ser, aún así no le tenía confianza.—¿Sa
—Regresando al momento en que Alberto, los dejó en el aeropuerto. —¡Gracias Alberto! Por cuidar de mi hija en todo este tiempo, cuando necesites algo de los Zimmer solo dímelo, estamos en deuda contigo, cuidate muchacho.—No me deben nada Don Fabián, pero gracias lo tendré en cuenta nos vemos, Elisa, digo Paola, toma estás pastillas son para que te duermas y no te asustes en el avión okay. — Alberto, estaba un poco preocupado de que Paola, se asustara y él no pudiera estar con ella, como siempre.—¿Desde cuándo té asustan los aviones Pao? ¡Mmm! Gracias Alberto, por pensar en el bienestar de mi mujer, también puedes contar con los Turner, para lo que necesites. —Luis, se le quedó viendo con cara de pocos amigos ha Alberto, no le gustaba saber que conocía más que el por ahora a Paola. —Adiós. —Era notorio que
—Cuando todos guardaron silencio, Paola, los miró con mucha curiosidad, por más que lo intentaba, no podía recordar a nadie de los que estaban presentes. —Ho... Hola a todos. —Hola Pao, bienvenida de nuevo a casa, ¡Hay por Dios! No sabes lo tristes que estábamos al pensar que tú, bueno que tú, habías muerto en ese accidente. —Miriam, se olvidó de lo que Luis, le advirtió por teléfono y se lanzó a los brazos de Paola, y empezó a llorar. —Pao, no vuelvas a dejarnos por favor, no sabes cuánto te extrañé. —Paola, le devolvió el abrazo a Miriam, después limpió sus lágrimas, mientras le sonreía, no sabía que decir. —No llores por favor, no volveré a ir a ningún lado. —¡Hola Pao! Ya sabemos que no nos recuerdas, yo soy Vera, tu amiga desde hace mucho tiempo, y ella es Sandra, nosotras te conocimos cuando estábamos en el colegio, desde entonces nos volvimos las tres mosqueteras, y las mejores amigas, jeje, mira te presento a mi prima Maribel, acaba de llegar de Españ
—En cuanto Luis, llevó a Paola, a la habitación y la puso en la cama, cerró la puerta con llave para que ella no pudiera salir, después de eso empezó a desvestirse. —¡Carajo Paola! que no recuerdes que soy incapaz de fallarte, no te da derecho a pensar lo peor de mi. —Luis, se sentó en el sillón que estaba frente a la cama, mientras se pasaba las manos por la cara, tratando de hacer entrar en razon a Paola, despues de un rato se paró y siguió desvistiendose.—¿Luis, pero qué haces? Respóndeme, ¿Qué crees qué estás haciendo?. —Paola, se puso roja cuándo vio el pecho desnudo de Luis, él estaba por quitarse los pantalones cuándo Paola, se cubrió la cara.—No se nota, voy a dormir con mi mujer, aunque no lo recuerdes yo duermo sin ropa y contigo, así que mi amor deberías de hacer
—Dante, llegó después de dos horas, estaba ocupado haciendo sus maletas porque está noche volaba a la ciudad de México, iría a ver a un viejo amigo de su padre, para hablar de negocios con él, Dereck, se haría cargo de la empresa mientras él iba hablar de su nuevo proyecto, que pronto saldría al mercado con diferentes socios de México. —Hola una disculpa por la demora, pero estaba un poco ocupado, los siguientes tragos van por mi cuenta.—¿Adónde irás Dante? Me dijo Vanesa, que salías de viaje, ¿Por qué no la llevas contigo está vez? Siempre están juntos, donde tú éstas ella lo está, dime algo ¿Están peleados?. —Sandra, creía que Dante, estaba teniendo dificultades en su matrimonio, así que quería ayudar. —Si necesitas ayuda o hablar aquí estoy Dan.&mda
Los días transcurrieron tranquilamente parecía que todo había vuelto a la normalidad, Maribel, había desaparecido unos días de New York, había estado muy ocupada disfrutando de unas vacaciones, con uno de sus tantos amoríos y en cuanto volvió lo primero que hizo fue visitar asu prima.—Ah! ¿Es usted? Señorita Maribel, pase y espere voy anunciarla con los señores. —Ni siquiera las empleadas soportaban a Maribel, pero eso a ella no le importaba, siempre fue así en todas partes, estaba más que acostumbrada, Maribel, creía que lo hacían porque le tenían envidia pero era porque era egoísta y prepotente.—No gracias Eli, no tienes porque anunciarme, no soy una desconocida soy de la familia, además será una sorpresa para mí prima, con permiso, ah! Y tráeme un vodka. —Maribel, solo se rió de la mirada